La mañana más fría.

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Su mirada era de impresión, si, pero no estaba impresionado ante mi actitud, no le impresionaba la forma en que podía cambiar repentinamente de personalidad.

Tu nariz está sangrandoDijo, se levantó de inmediato y buscó algunas servilletas para detener el sangrado.

En ese momento entendí porque sus ojos se agradaron un poco más. Luego de unos segundo, mi mirada se fue al suelo, las gotitas de sangre poco a poco iban haciendo un charco cada vez más grande. Quizás no tenia tanto tiempo para pensar cosas tan razonable, pero, no tenia que ser muy inteligente para saber que algo estaba mal es mi, no estaba funcionando correctamente y mi cuerpo solo se encargaba de enviarme señales día tras día, la verdadera pregunta era ¿Por qué le restaba importancia?.

Si mi cuerpo, cualquier persona, o incluso mi reflejo en el espejo me preguntarán si estaba asustada, la respuesta sería un rotundo no.

Poco a poco me iba sintiendo más débil, mi mirada borrosa divisó a Zack intentando limpiar el charco. Mis dedos fueron a mi nariz sintiendola húmeda, pronto, la sangre comenzó a deslizarse por ellos, llegando hasta el anillo de plata, recordando que ambas cosas tenían el mismo y extraño sabor.

Cuando sentí que el mundo comenzaba a darme vueltas, mis pies temblaron y caí en un golpe duro al suelo, sabía que sucedería después de este instante, probablemente despertaría aquí, probablemente no. Aunque si fuese de prefefir, preferiría despertar aquí mil veces más.

~

Los ojos, entre marrón oscuro y claro de Annie comenzaban a abrirse. Despacio, salí sin hacer ruido, no quería que se asustará al no reconocerme.

No era buena idea venir al pueblo, Zack sugirió llevarla a su casa para colocarle medicamentos y suministros que no tenía en la cabaña. Era una de las cosas que se me habían pasado por alto. Otra de sus sugerencias fue disfrazarme para aparentar camuflaje, era de poca costumbre quejarme ante algo, pero, realmente era incómodo fingir ser algo o alguien que no eres.

Zack entró al momento en que salí, me parecía haber visto una bandeja con un desayuno perfecto. Me sentí extraño al saber, realmente al descubrir, que podía existir una persona que pudiese protegerlas mejor que yo. Tal vez, me hacía sentir impotente o celoso, de todas formas, debía ser algo bueno, algún día yo no podré protegerlas, de esta forma, Zack lo hará. Algún día no muy lejano tendría esa conservación con el, será extraño, pero necesario.

Salió con un aire alegre, como de costumbre, dejo la bandeja en una mesa de vidrio y se posó frente a mí.

Ella realmente está exigiendo verte— sonrió y no pude evitar reír. De alguna forma, Annie creía que yo debía tener todas las respuestas. Antes, para asegurarme, imaginaba que preguntas podría hacerme, no era una persona fácil de adivinar, era impredecible, su mirada parecía perderse, y luego, encontrarse. Parecía ser dos versiones de ella misma.

Annie Jones.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora