Annie Jones.

Sorpresa

Thomas había llegado hace cinco minutos, tenía un bolso pequeño en sus hombros. Amablemente le hacía el desayuno a Daniel, petición de el.

De pronto, alguien tocó la puerta, estaba ansiosa por irme, Debía ingeniar un plan para mañana. Thomas abrió la puerta.

Rápidamente todo fue mucho ruido, ambos se abrazaron, dándose palmadas en la espalda. Luego, pude ver el rostro del amigo de Thomas, el policía.

Sonreí de inmediato, era muy simpático y alto, tenía las facciones muy marcadas, sobre todo la barbilla. Su mirada se fijó en mi, no pude evitar que mi corazón latiera desesperadamente. ¿Qué sucedía?

Se acercó a mi, luego, Thomas lo imitó.

—¿Vas a presentarnos?—Río el policía. Thomas esfumó sus pensamientos y asintió.

—Annie, el es mi amigo, Zack—de pronto, mi corazón sintió miedo, estaba desesperada ante esa presentación.

Sus ojos se abrieron enseguida.

—Annie—Repitió en un susurró, se acercó más a mi y pude sentir un aire familiar. Era Zack de Belcastel.

Thomas nos dejó solos un momento, petición de Zack. No paraba de mirarme, estaba feliz, tanto el, como yo, teníamos muchas preguntas.

—Debemos irnos—Anunció Thomas, ya era tarde.

—Hablaremos al llegar—Aseguró Zack, luego, se levantó tomando las maletas que estaban en el suelo. Su mirada se fijó en Daniel.

Solo me limité a asentir, sabía quién era, aún así, seguía faltándome el aire.

Decidí ocupar el asiento de atrás junto a Daniel, Thomas y Zack charlaban de sus vidas, de vez en cuando, Zack volteaba a mirarnos, especialmente a Daniel.

Tenía miedo a medida que nos acercábamos al pueblo, imágenes borrosas aparecían en mi cabeza, tal vez, necesitaba algunos días en Belcastel para recuperar la memoria.

Daniel comenzó a dibujar en mi cuaderno, paso las páginas donde hacía garabatos sin rostros. De pronto, se fijó en uno de los dibujos que había realizado de pequeña.

—La silueta de este hombre me resulta familiar—Aseguró sin quitarle la mirada.

Zack seguía escuchando, más, no opinaba, acto que me resultaba algo misterioso.

—¿Podrías dibujarlo cuando lleguemos?—Pregunté, tomando su mano.

El asintio de inmediato y sonreí, por fín iba a descubrirte, dueño del rostro, descripción de una persona con sentimientos negativos.