Annie Jones.

Cenizas

-Los gritos eran horribles, no quería imaginar lo que sentían, mi familia estaba siendo lastimada. De pronto, lo vi, salieron corriendo luego de incendiar el resto del bosque, los culpables huian. Mi desesperó aumentó, no percibía a nadie, quería entrar pero todo estaba dominado por el fuego. Grité el nombre de Layla, de pronto deje de escuchar los gritos, Lea, Layla, Thierry y Nathaniel dejaron de gritar.

¿Es así como se acabaría sus vidas?

-De pronto vi la silueta de Layla, Thierry no estaba en sus brazos, ella estaba prendida en fuego de pies a cabeza. Mi corazón sintió dolor, corrí hacia ella, yo solo quería salvarla.

De nuevo note como sus ojos se cristalizaron.

-Lo sabia, ella susurró algo que no logro descifrar, jamás olvidaré su rostro-Respiró y se levanto, sabía que quería aire fresco-El techo cayó encima de Layla, la aplastó-Concluyó y salió de la habitación.

No podía tragar, sentía espinas en la garganta, no recordaba nada pero si había tenido un sueño, justo en esta cama. Soñaba con la destrucción de la cabaña, había sido real.

Pero.. ¿Cómo Nathaniel logró vivir?

Mis padres han desaparecido, podría existir la posibilidad de encontrarlos con vida.

~

Cargaba con el peso de ver morir a quienes juré proteger. Gaul estaba callada, agradecia que se mantuviese así mientras llegábamos. La nueva orden que tenía era seguir a Annie de lejos. Solo llegó a decirme poco de lo que debía hacer.

Teníamos un trato, no podían lastimarla, había cumplido con todo lo pedido, ahora ellos debían cumplir. Entramos a la carretera del pueblo, pronto las casas comenzaron a ser visibles.

-No sabía que tenías una casa en este pueblo-Comenté, solo para que ella me dijese la verdad.

-Es prestada-Confeso y asentí, era muy manipulable.

La casa de Annie ha llamado mi atención, hay un auto estacionado. De pronto la puerta se abre y logró ver una figura conocida, ha cambiado mucho y parece haber estado llorando.

Era Zack.

~

Contarlo de nuevo abre mi herida, no ha sanado, no sanará. Hace mucho frío, es lo que menos importa, había desarrollado en mi trabajo, percibir cuando alguien estaba vigilandome. El auto que se encontraba al frente veía disimuladamente a la casa de Annie, sin duda algo buscaba.

De pronto siguió su camino, iba en dirección a la mansión. La puerta de entrada se abrió, Annie está abrigada de pies a cabeza, solo pedía que no hiciera más preguntas.