Desperté antes, debía comprar un desayuno saludable para Annie y para Daniel. Quería preguntar en el fondo si era su hijo o como había llegado a su vida, aún así, no era su obligación decirme.
El chico moreno se me hacía un poco familiar, tal vez, Annie se enamoró en el pueblo y tuvo a Daniel con esa persona, tal vez es un primo lejano, pero, era casi imposible, Annie no tenía familia.
Estaba caliente y olía de maravilla, la comida de algunos hoteles era simplemente exquisita. Ordené la mesa que estaba cerca de la cocina, serví la comida y traté de organizar algunas cosas.
Una de las cosas que le había pedido a Alex, mi conductor de escapes, un nuevo celular, el antiguo tenía muchos contactos peligrosos. Ropa, por supuesto, casi toda era color negra con abrigos, pero, eran muy formales para la ocasión, necesitaba algo más ligero.
—¡Buenos días!—balbuceo Annie junto a Daniel estregándose los ojos. Podía notar la resaca que el cuerpo de Annie tenía.
—Ella huele a vagabundo alcohólico—me fulminó el pequeño y se acercó a la mesa.
Annie abrió la boca para protestar, pero, no lo hizo, estaba segura que era un regaño hacía mi por darle tanto vino, no un insulto hacía ella.
—Dormí como un Ángel—Confesó, llevándose un trozo de queso a la boca, vigilaria su forma de comer, no me importaba si no lograba estar cerca de ella, haría cualquier cosa para que no llegara a la desnutrición extrema.
—Pareces una persona con mucho dinero vestido así—Hablo de nuevo el pequeño y solté una carcajada.
Algunas veces los niños tenían ese instinto de decir las cosas sin importar el que, diría que es la Imprudence-imprudencia.
Dudaba que los ricos quisieran vestirse como yo, tenían dinero para comprar cosas de diseñador, no solo una simple camisa de traje blanca y un reloj de cualquier tienda de Francia.
Esperaba pacientemente que Annie y Daniel se cambiaran, aunque no lo demostraba, estaba apurado, no era una opción seguir esperando, debía irme lo más rápido posible, luego de cumplir lo antes dicho.
Después de de unos diez minutos, ambos salieron, Daniel llevaba la misma ropa de ayer y Annie tenia uno de sus abrigos encima.
Salimos los tres, de lejos parecíamos una familia disfuncional, luego, de cerca, parecía que Annie fuese hermana de Daniel y yo fuese Padre de ambos, o tal vez, solo parecíamos un trío de hermanos.
—No me digas, otro hermano perdido—Río una voz masculina algo fastidiosa. Entonces parecíamos hermanos, ya veo.
—Es un amigo—Confesó Annie y me miró para presentarme. Pronto lo encare, el dueño de la voz fastidiosa era el encargado del hotel, podría decirse que tal vez era hijo del verdadero dueño. Tenía mucho aire de mando y de dominación. Podría bajarlo de su nube de ego si así quisiera.
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Annie Jones.
Mystery / ThrillerNo es justo que tu corazón se destrocé por una persona que tiene el corazón completó sin ti. Ha sido uno de los consejos más sabios que me acompañan en el recorrido de la vida, apenas la he comenzado. Después de conocernos tanto, volvemos a ser extr...