Belcastel.

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Algunas caracteristicas, relevantes o irrelevantes que pensaba cuando estaba aburrida. Belcastel, es un pueblo de Francia, tiene pocos habitantes, típicas costumbres y todos usan ropa francesa, poco a poco me fui acostumbrando a eso, lo más típico, era la formalidad de las boinas francesas. Genevie se encargó de llenar mi habitación de esas boinas, de preferencia, usaba una negra sin ningún detalle.

Se sentía extraño acostumbrarse al pueblo en pocos meses, en un abrir y cerrar de ojos, el tiempo pasaba. Tenía exactamente una semana sin visitar la cabaña, no tenía ese sentimiento de extrañarla, aún así, extrañaba específicamente a Nathaniel y a las chicas.

Francesita—Saludo un extraño mientras alzaba su mano izquierda, mi madre lo fulminó con la mirada. No se percató de eso y siguió su camino.

Desde hace días había recibido ese apodo, aunque era un pueblo pequeño, no los conocía a todos, cada persona, al verme, saludaba de esa forma y mi madre siempre hacía lo mismo con la mirada.

"Francesita"

Compraré unas cosas, adelantante—dijo Genevie, asentí y tome las bolsas que debía llevar por ella.

Últimamente había estado actuando muy extraño.

Mi cumpleaños diecisiete era en tres días exactos, el invierno se había ido y el ambiente estaba fresco.

—Hey, francesita, ¿Sabes dónde queda el abasto de pan?—me interrumpe una voz muy conocida. Al segundo, comienza a reírse y volteo para encararlo, más, me llevo la sorpresa de que Layla está a su lado, su piel morena resalta, tiene exactamente una boina del mismo color que la mía.

—Layla, deberías estar en la cabaña—Mi voz suena sorprendida, estaba casí segura que Nathaniel no aprobó su visita al pueblo.

—Tranquila, nadie me verá—Asegura y se acerca a la casa de Zack.

Puedo ver como se esconde detrás de los árboles del jardín izquierdo de la mamá de Zack, Aura.

El toca dos veces la puerta y saca algo de su bolsillo, la incertidumbre llegó al límite de mi cuerpo y no pude evitar acercarme a Layla.

—¿Qué sucede?—susurré en modo de pregunta.

Ella hace un "Shh" con sus labios y esta muy atenta para escuchar.

Suspiró y hago lo mismo, parece haber mucha alegría dentro. No entendía exactamente la situación, pero, ya podría imaginarme que podría ser.

—¿Dónde está tu novia?—Pregunta el padre de Zack, Michelle.

La palabra "novia" hizo que sonriera al instante.

—Ni siquiera soy su novia—dice Layla con una risita contagiosa.

—No pudo venir—informa Zack

Annie Jones.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora