Annie Jones.

Un segundo sueño.

Pensamientos en sintonía de ángeles.

Alguna vez, Kenna, Lea y Layla. Llegamos a odiar la forma en la que Nathaniel observaba a Annie, su atención, pronto se centró en ella, nos utilizó solo para realizar su plan. Sabíamos que no la asesinaria, no sería capaz. Estábamos siendo un poco egoístas, queríamos a Nathaniel para nosotras mismas, aún así, solo había un Nathaniel, uno solo, un Nathaniel que terminó siendo nuestro asesino.

Fue nuestro único pensamiento en sintonía antes de morir.

La mañana es más fría de lo habitual, es mi primer día en la cabaña de Olivia, ha sido su diseño original. Aún así, ya he vivido aquí antes.

He tenido el primer sueño desde que vi a Layla, quería permanecer el resto de mi vida a su lado, formar una familia feliz con mi hijo, Thierry. Annie le ha otorgado el nombre; Daniel. Se que lo ha hecho por Nathaniel, no logra molestarme pensarlo.

Mi primer sueño se ha derrumbado, me ha hecho hundirme en la miseria. He creado un segundo sueño de repuesto, Annie y Olivia son mi segundo sueño, no por eso, menos importante. Layla me ha regalado un hijo, me ha permitido conocerlo un poco, luego, se lo ha llevado a su lado.

Los recuerdos de mi infancia permanecen cerrados bajo llave. Mi madre me había prohibido jugar con niños de color. Ella solía decirles "niños de color extraño".

El primer día de clases, un grupo de niños de piel oscura jugaban con una pelota. Había cumplido su petición, no había visto a ningún niño de color extraño, entendiendo por esa petición a niños de color azul, verde, naranja u otro color que no cumpliese con los tonos de pieles existentes.

No he perdido un segundo más y me he unido al juego, me reciben con amabilidad. Noto que los niños de piel blanca se reúnen con más niño de igual color. ¿Sus padres también les han pedido lo mismo?.

Hemos terminado de jugar, no lo entendía al principio, no quería pensar que mi madre rechazaba a los niños de piel oscura. Los lleve a casa, mi madre aún no había llegado, fue fácil hacerlos mis amigos, jugábamos con mucha sintonía al pasarnos la pelota, éramos en total, cinco.

Mi madre al fin llego, estaba feliz por presentarlos, pero, había sido el error más grande de mi vida, los sacó con la encargada de la limpieza, no quería ni mirarlos, logró causar confusión en mi mente.

Le he pedido una explicación, a lo que ella ha respondido. "Son niños con malos principios y mala educación". No me ha dejado preguntarle más, solo se ha ido.

No tuve que crecer más para entenderlo, ellos no estaban siendo mal educados por sus padres, yo estaba siendo mal educado por los míos.

Se alejaron de mi, le temían a mi madre tanto como yo le temía a la idea de presentarles a Layla. Logró romper mi corazón al rechazarla, aún así, no iba a dejarla, la amaba profundamente, no había sido un tipo de venganza hacía mi madre, solo ha sido la verdadera belleza de su color que me ha enamorado, entender que hay mujeres de piel blanca que son maravillosamente hermosas, así como Layla lo era, no importa a fin de cuentas.

Se ha ido y mi hijo está a su lado.

Mi segundo sueño esta reposando en los arboles de afuera. Llora desesperadamente, le he contado la historia que Salvatore me contó. Después de todo, la entendia, había matado a Nathaniel y no ha sentido culpa hasta el día de hoy.

La canción de la prisión. La favorita de Nathaniel al cumplir quince años. Genevie lo culpaba cada día de aquel accidente, no ha sido su culpa, pero, su madre le ha hecho pensar que si.