Shh

12 4 0
                                    

¿Tienes secretos?—cuestiona.

Me recuerda a una versión más antigua de mi, recuerdo haber tenido la misma curiosidad.

No quería mentirle como lo hicieron conmigo, tampoco podría si quisiera. Cierta intuición interna me decía que ella no caería tan fácil.

Si—Mis palabras suenan sinceras y ella sonríe.

¡Me has dicho la verdad!—Se emociona. No logro entender su alegría, pero, más allá de eso, me preguntó como podría saber si lo hice o no.

Espero calmada a que me haga otra pregunta, no quiero parecer nerviosa así que intento mirar a otro lado. Mi reflejo falla, no hay a donde mirar, todo es oscuro y solo puedo ver manchas distorsionadas, de esquina a esquina.

Ambas estamos sentadas en una cera, detrás de nosotras hay rejas, no estamos encarceladas, en realidad, estamos libres, estamos fuera.

¿Dejarías que un secreto te coma viva?—me mira, la mitad de su rostro es alegría, la otra mitad parece estar muerto. Como si estuviese echa de pinturas, una parte ya se ha secado, la otra, ha sido destruida antes de que pudiese secarse.

No respondo, me limitó a negar y ella empieza a reírse.

Está vez me estás mintiendo—sus ojos estan entrecerrados, como cuando sospechas algo.

Me sorprende como puede ser tan precisa, ella sabía todo de y eso me asustaba, nadie sabía todo de . Nadie sabe todo de alguien.

No lo hago—miento una vez más. Pronto se enoja, su rostro está lleno de cólera.

Yo lo , estas dejando que te mate poco a pocosuspira—Nos esta matando poco a poco—Culmina, es otro de mis reflejos que suele irse como polvo. No la detengo porque parezco entrar en shock.

Ella era realmente yo misma, era una de las versiones de mi vida... ¿una versión perfecta o imperfecta? O, simplemente era ambas.

~

Me preocupa que pueda caer en coma—murmura. Es Nathaniel, esta de espaldas y habla con alguien más bajo que el.

Tenemos que tener precauciones—es lo único que responde el desconocido.

Todo es borroso, no puedo adivinar quién más se encuentra aquí.

Ya despertó—susurra Layla, se sienta junto a mi y me observa muy de frente, tanto, que puedo ver que tiene las cejas muy pobladas, algunos puntos en la nariz y los cachetes muy inflados. Debe ser causa del pie. Aún así, su piel morena era suave y casi perfecta.

Me levantó por impulso quedando par a par con su rostro. Sus ojos denotan impresión, por breves segundos no dice absolutamente nada, luego, grita tan fuerte que causa que Nathaniel observé sin guardar calma, por primera vez, divise su rostro asustado, quería guardarlo en mi mente, como una fotografía, era una de las cosas que más me gustaban, el saber que había más allá de Nathaniel.

Annie Jones.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora