Hay luz en la oscuridad.

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Me recuerda a mi, ha dormido todo el viaje, se ha perdido de las maravillas del paisaje. Lleva una de mis boinas, le queda grande, pero, la ha querido desde el momento en que la vio, es la que me ha obsequiado Genevie.

Estacionó justo al frente de mi nuevo hogar, aún hay sol, se puede ver con claridad lo hermoso que ha quedado todo. La escuchó suspirar mientras bajo las maletas, de pronto, sale del auto y observa todo con emoción.

Es hermosa—murmura.

He creado la construcción del dibujo de Olivia, hace dos años atrás, encontré un dibujo en su cuaderno, la estructura de la cabaña era impecable, posábamos en el dibujo, Daniel, Zack, ella y yo.

Ha sido su sueño.

Me ha contado, aquella noche, luego de descubrir el dibujo, todo los detalles de la cabaña al entrar. Relata que hay dos columpios, uno le pertenece a Daniel, el otro es para ella. Hay una chimenea adentro, me habló del salón de estudio para sus fotografías que deseaba tener.

Incluso, no ha omitido la piscina. Todo esta construido como lo ha deseado. No puede aguantar la emoción, ha tomado muchas fotografías a cada esquina de la cabaña, le he colocado algunas rejas, todo el terreno le pertenece a Olivia, ya he dejado la herencia a su nombre.

Luego de organizar las maletas, Olivia me acompaño a la mansión. He terminado el contrato de venta, los compradores están muy felices. He colocado en marcha las empresas, mantienen de cierta forma, el pueblo en bienestar, todos nos beneficiamos de ello.

Las oficinas se las he regalo a Mónica, le he dado algo de gratitud por todo el tiempo que nos dejó quedarnos en su hogar. He pedido que tapen el acantilado que queda cerca de la mansión, quería seguridad total para todas las personas.

—Mamá—Llama mi atención, no puedo evitar sentir emoción al escucharlo, me estremece. Quizás, siempre fue mi sueño tener una figura materna.

—¿Qué sucede cariño?—imitó su pose y juntas nos sentamos en un pequeño banco de madera.

—¿Quien es Dylan? Leí su nombre en una de las cajas que dejamos en casa—Confiesa.

Nunca le conté a Olivia sobre Dylan, quizás, porque mi corazón se estremecía cada vez que lo recordaba, o tal vez, porque el tiempo no me permitió crear suficientes recuerdos para contar.

—Dylan fue el amor de mi pequeña vida—Río y ella abre los ojos con impresión, quizás en su pequeña mente piense que Zack es el único que puede llevar ese titulo, pero, Zack no era el amor de mi vida, era el amor para mi vida.

—¿Murió?—Su mirada se torna triste en el momento en que me mira.

—Si—Respondo apenas—La próxima historia será acerca de Dylan—le sonrió y ella se emociona.

—Hace tiempo me hubiese conformado con una pequeña casa, un lugar donde pintar y una pequeña familia—Confieso—Hoy en día, tengo casi todo aquello con lo que soñé.

—¿Casi?—Cuestiona. No me atrevo a decirle que me hace falta Dylan. Sería como hundirnos en una tristeza intermitente.

—Casi porque siempre se puede desear algo más, es por eso que te tengo a ti—le doy un tierno beso en la frente y vuelve a sonreír.

—Quiero tomarte una foto—Chilla con la cámara en sus manos. No pensaba soltarla ni para dormir. Es un regaló adelantado por su cumpleaños.

Me he colocado justo donde lo ha pedido. Estoy esperando que tome la foto, no lo hace y comienza a preocuparme. Su mirada está clavada detrás de mi.

Me acercó a ella para observar lo que la ha dejado en shock.

Mis ojos simplemente no pueden creerlo.

—¡Papá!—Grita y corre hacía el. No la imitó, estoy asustada de pensar que podría ser el.

La toma en sus brazos y la envuelve en un abrazo.

Es Zack.

~

Los ojos de Annie se cristalizan, no quiero que llore, no puedo permitir que lo haga. Olivia se baja de mis brazos y me acercó a Annie. Me mira de pies a cabeza, tiembla desde donde esta, pronto, sus manos acarician mi rostro.

—Perdón por hacerte esperar—Susurre cerca de sus labios.

Olivia me recuerda a Daniel, ha capturado el momento exacto en que Annie besa mis labios. No dudo en corresponderle el beso, había estado esperando mucho tiempo por este reencuentro.

Se separa y vuelve a tocar mi rostro, quiere asegurarse de que en verdad soy yo. Olivia se acerca a mi, vuelvo a tomarla en mi brazos, es como verme de pequeño, tiene el mismo color de mi cabello, los ojos son iguales a los de Annie, es hermosa.

—¿Dónde has estado, papá?—Me pregunta con su voz llena de ternura. Esa palabra ha logrado tapar la herida que mi corazón sentía. Me ha hecho recordar cuando Daniel las dijo por primera vez.

—Tengo mucho que contarles—Sonrió y Annie toma mi mano. Los tres nos adentramos a la cabaña, ya el miedo y la maldad han desaparecido. Me he enterado lo fuerte que ha sido Annie, ha hecho justicia por todos.

Olivia me lleva a su estudio, tiene muchas fotografías del pasado, Daniel aparece en ellas. Las observó con lentitud, Annie se ha encargado de hacerla una niña feliz.

Annie es una mujer maravillosa.

—¿Qué dices si hacemos una pizza?—Me agachó para observarla mejor, se ve pequeña y frágil, debía protegerla, Annie debía descansar un poco de esa tarea.

Asiente y me deja ver su sonrisa de cerca, le faltan algunos dientes y me hace reír. No quería perderme la etapa en la que escondía los dientes en la almohada y yo debía dejar dinero.

No sabemos hacer masa de pizza, Annie se ha encargado de hacerla por nosotros. Desde que Daniel descubrió su amor por las pizzas, Annie se encargaba de prepararle una todas las noches, y le tomaba fotos mientras el las comía, intentaba colocarle vegetales para que pudiese alimentarse bien.

—¿Puedes jugar a las carreras conmigo?—Me mira con ojitos dulces. Teníamos todo el tiempo del mundo para hacer esas cosas, ella parecía querer aprovechar cada segundo.

Me ha indicado que uno de los carros es de Daniel, que es el policía y yo debo ir preso, es su petición, sonrió al recordar esos momentos. Annie se ha encargado de limpiar toda la cocina, la pizza ha quedado deliciosa, me recuerda al sabor de aquella que Daniel probo por primera vez.

~

Quiero preguntarle si ha sido feliz, no deja de prestarle atención a Olivia, repite los cuentos que le he contado, el la observa con atención, siguen jugando a las carreras, el favorito de Daniel. Colocó las fotos en los cuadros de la pared, Olivia se ha encargado de perfeccionarlas.

Mi nena bosteza, Zack la lleva a la cama en sus brazos como si fuese una reina. Juntos, nos despedimos de ella, nos ha contado el plan que tiene para mañana, es su cumpleaños.

Zack me observa al estar acostados, he estado esperando su encuentro hace mucho tiempo, jamás imaginé que podría ser estando vivos.

Quedamos frente a frente, ahora ambos nos miramos. Sonrió al recordar cuando me quitaba la mirada.

—Soy el hombre más feliz del mundo—susurra acariciando mi rostro.

Una lágrima, tan solo una, se desliza por mi rostro, es de felicidad, la tristeza se ha acabado al fin.

Ha contestado mi pregunta, si era una persona feliz. Olivia lo es, yo también

Desde esa noche, dejo de contar los días sin Zack.

Annie Jones.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora