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Hoseok frunció el ceño al sentir un dolor en el vientre, se sentó y se quitó la sábana, sus ojos se abrieron en par al notar que estaba sangrando—No...no—susurró, el omega soltó un grito de dolor y corrió en dirección de la puerta empezando a golpear con fuerza—¡Ayuda...ayuda!—gritó asustado, un dolor en su vientre se hizo más fuerte, el omega se levantó, notando como la sangre empezaba a deslizarse, sus ojos se llenaron de lágrimas, se aferró a la pared sintiendo el deseo de pujar—¡Ayuda, porfavor...ah!—el omega empezó a sentirse débil, hasta que sus piernas flaquearon y cayó hincado al suelo.

Parecía que nadie lo escuchaba ¿Acaso sus gritos de dolor no eran lo suficiente? empezó arrastrarse en dirección de la puerta, ya incluso sus manos se empezaban a debilitar, decidió ayudarse con su poca fuerza, mientras dejaba rastros de sangre en el suelo, al llegar a la puerta tocó de nuevo con fuerza—Salvenlos...salven a mis bebés, porfavor...salvenlos—susurró hasta caer inconsciente en el suelo. La puerta se abrió, ingresando dos guardias mujeres que al ver aquella sangre y al chico en el suelo abrieron los ojos en par y una de ellas corrió a sacar el teléfono y llamar una ambulancia.

Hoseok abrió sus ojos con lentitud, frunció el ceño al sentir un poco de dolor, se giró a ver a su derecha notando una máquina que medía sus latidos, el suero y un cuarto blanco. La puerta del cuarto se abrió. El doctor al contemplar al pelirrojo que ya había despertado suspiró con tristeza.

—Ha despertado.

—¿Mis bebés?—preguntó el omega de un solo—¿Cómo están?

—Lo siento—comentó aquel doctor—. Tuvo un aborto espontáneo, no sobrevivieron. Perdió demasiada sangre y temíamos que usted tampoco sobreviviera.

Jung Hoseok empezó a llorar al escuchar aquello, sintiendo su corazón romperse por completo, miró al techo sintiendo ahora ese vacío en su vientre. El médico bajó el rostro con mucho pesar y haciendo una despedida de noventa grados salió de aquel lugar.


Seung Hyun contempló a su compañero escuchando aquellos gritos desgarradores que se encontraban en el interior de aquel cuarto, ambos alfas suspiraron con lamento—¿Ya le avisaste a su familia?—preguntó Choi al ajeno.

—Hoy en la tarde avisaré.

—Bien...tengo que hacer ciertos asuntos.

Ambos se despidieron y el alfa cruzó a un lado.



Jungkook escuchó el llanto de su bebé, por lo que se bajó de la cama y se apresuró a ir en dirección del cuarto del más pequeño, al abrir notó a su pequeño sentado en la cuna, el alfa suspiró y se acercó con mucho pesar. Todos los días era lo mismo, su hijo se ponía a llorar siempre que despertaba, el alfa tomó el biberón, cargando a su hijo para ponerlo en la boca; pero el cachorro le ofreció un golpe a la pacha tirándola a la esquina de aquel cuarto y romper a llorar de nuevo.

El joven alfa se sentía abrumado, quería llorar de la frustración, no sabía que hacer, no podía detener el llanto de su hijo, así que se dejó caer al suelo empezando a llorar, su cachorro desvió la mirada en búsqueda de su papi; pero no lo volvía encontrar—Lo siento hijo—susurró el alfa que depositó a su hijo en el suelo para limpiar sus lágrimas, el bebé se sentó con esfuerzo—. No puedo esto yo solo...no puedo sin Jung Hoseok—sollozó al darse cuenta que la carga de un hijo era demasiado solo para él—. Perdóname...perdóname—suplicó juntando las manos para pegar su rostro en el suelo—No puedo sin él...—el joven soltó un grito desgarrador.

Los señores Jeon tocaron el timbre del apartamento, la mujer frunció el ceño, giró la perilla notando que estaba sin llave, algo que le preocupó demasiado, ingresó al lugar notando el desorden que había, ropa tirada en todos los lados, incluso los platos estaban amontonados unos encima de otro, casi pegó un grito de horror al ver una cucaracha que al percatarse de esa prescencia humana echó a correr para salvar su vida y que no la aplastaran como lo hizo cierto pelirrojo con una de sus compañeras, recordando el chanclazo que le pegó.

JungHope|| The baby and WHO?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora