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Hoseok se encontraba haciendo el desayuno, no recordaba en que momento había llegado a la cama y estaba perdido respecto a que horas llegó el joven alfa a la casa. Dio un enorme bostezo mientras seguía preparando las tostadas francesas, él no tenía mucho que hacer ese día, era claro que se quedaría en el apartamento, tal vez se pondría a ver unas películas, o seguramente alguna novela, mientras se mantuviera distraído, sería capaz hasta de salir el balcón a ver a las personas de las calles y ponerse a criticarlas como viejita de barrio. Un quejido lo hizo salir de sus pensamientos, notando a Jungkook salir del cuarto con el pelo hecho un desastre en la mañana, los ojos entrecerrados e hinchados.

—¿Se puede saber a qué horas viniste ayer? Aquí hay un toque de queda, no puedes andar afuera como perro vagabundo.

Jungkook se sentó de mala gana sobre la silla contemplando al mayor, desvió la vista.

—Tú me dijiste que no regresara hasta que encontrara un trabajo—contestó Jungkook con la tranquilidad que se mantenía por el sueño.

Hoseok frunció el ceño mirando a los lados, no recordaba haberle dicho semejante cosa, o tal vez lo dijo en un momento de tensión, que no le tomó mayor importancia. Entrecerró los ojos, el hecho que empezaran a olvidarse de tales palabras, solo lo hizo recordar su mayor edad.

—¿Y...encontraste uno?—preguntó dirigiéndose a tomar un plato plano.

—No, no aceptan menores de edad—Jungkook chasqueó la lengua para luego desviar su mirada a la ventana enorme de la sala—¿Cómo hiciste tú? Es decir...cuando llegaste a trabajar a mi casa tenías quince años.

—Solo puse que tenía experiencia cuidando niños y también me inventé una historia y...lo demás ya sabes que pasó.—comentó sin leve importancia.

Pobre de mi abuelita que la maté en esa entrevista...

—No creo que me acepten. La mayoria me ha rechazado.

Hoseok contempló al menor un poco pensativo, Jungkook se veía bastante triste, parecía un poco estresado por la situación. El omega sabía que en ningún trabajo aceptaban a un menor de edad, no al menos que fuese un local familiar donde el hijo quisiera ayudar a su padre, o fuese un trabajo ilegal. Enarcó su ceja derecha para luego dar un leve suspiro.

—Hagamos algo—dijo el pelirrojo girándose en dirección de Jungkook, que tenía la cabeza gacha.—Sigue buscando uno, yo te acompañaré...es decir 1/10 debe aceptarte, aunque sea por lástima—comentó de último cruzándose de brazos.

—¿En serio me acompañaras?

—Solo porque acabo de recordar que debo ir al banco a sacar un dinero, pronto se aproximan el pago de la luz, el agua y esas cosas—mintió pasándose la mano por la cabellera— así que aprovechando la situación.

—No eres tan malo después de todo—rió Jungkook cruzándose de brazos y haciendo una sonrisita.

—Cállate antes de que me arrepienta.—le gruñó el omega para volver su vista de nuevo al plato y terminar de preparar las tostadas francesas.—Ve a bañarte, te vistes bien y ponte loción...que no sea muy fuerte o darás la señal equivocada que eres demasiado arrogante; pero tampoco muy suave porque pensarán que no eres lo suficiente bueno para el puesto.—dijo el pelirrojo recordando un poco ciertos detalles.

—Eh...sí—dijo el menor aun con sueño, levantándose de su asiento para dirigirse a bañar.

Hoseok sonrió suavemente para seguir en lo suyo, debía terminar el desayuno a tiempo y su estómago ya rugía por el apetito que poseía.




Jungkook ya estaba completamente arreglado, saliendo del cuarto, frunció el ceño al percatarse que Hoseok no salía aún, se giró sobre sus talones viendo el interior de la vivienda, la puerta del cuarto de Hoseok se abrió, el menor frunció el ceño al ver al pelirrojo salir con unos lentes color rosa, un suéter afelpado también del mismo color, unos blue jeans rotos pegados con unas botas negras. El omega se pasó la mano por la cabellera como si le estuvieran grabando o en una sesión de fotos, luego enarcó la ceja derecha, para bajarse un poco los lentes y mirar a los lados como si fuera algún tipo de pasarela.

JungHope|| The baby and WHO?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora