Capítulo 16: Una Pelea.

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Cuando Lety despertó, estaba sola en la cama y el sol que se asomaba por la ventana le indicó que pasaba del mediodía. Rápidamente se paró de la cama envuelta en la sabana para buscar su teléfono, pero en la salita de la habitación encontró a su esposo con una sonrisa que le decía que él ya había resuelto lo que la había asustado.

"Calme." Fernando abrió sus brazos para que se sentara sobre sus piernas. "Ya hablé con Carolina. Los niños están bien; ella les dijo que estamos resolviendo un problema de la empresa. Eduardo los llevó al colegio y en la tarde organicé una cena para contarles la gran noticia." Fernando besó su frente y acarició su cabello revolcado. "No sabes cuánto había extrañado amanecer a tu lado."

"¿Cual amanecer? Es casi la una de la tarde." Lety señaló el reloj de la televisión.

"¿Cuánto tiempo tenías sin dormir?"

"El mismo tiempo que tú tenías creciendo esa horrible barba."

"¿Qué tienes en contra de mi barba?" Fernando se llevó las manos a la cara fingiendo horror.

"Que te hace ver diez años más viejo, y me anoche me picó como no te puedes imaginar."

"Ah, pero anoche no te escuche quejarte, picarona." Fernando le hizo cosquillas disfrutando la dulce melodía de su risa.

"Jijijijiji... bueno..." Fernando la interrumpió con un beso, completamente enamorado de esa sonrisa. "Ya que pensaste en todo, ¿Qué excusa diste en la empresa?"

"Ninguna. Omar se las arreglará sin ningún problema. Lo sé."

"Eres un sueño Fernando Mendiola." Leticia acarició su rostro antes de envolverlo en un beso lleno del amor y el deseo que sentía por ese hombre. Un beso que prometía muchas cosas, pero fue interrumpido por el incesante timbrar del celular de Lety.

"Aghhhh." Lety protestó separándose se su amado.

"Déjalo que suene." Le dijo Fernando.

"No puedo mi amor..." Lety sintió un nudo en el estómago cuando leyó el nombre en la pantalla. "Es la escuela." Le dijo a su esposo antes de traer el teléfono a su oído. "¿Bueno?"

"Si, con la señora Mendiola, por favor."

"Ella habla."

"Disculpe la molestia señora. Le habla la señora Ruiz, yo soy la enfermera de la escuela de sus hijos... y me temo que no le tengo buenas noticias." El pulso de Leticia se aceleró y Fernando la tomó de la mano al ver la mirada temerosa de Lety y entender que algo estaba mal. Cuando Lety colgó el teléfono, estaba pálida.

"¿Quién?" Fue todo lo que le preguntó, entendiéndose con su mujer en su lenguaje silencioso.

"Andrea." Leticia pronunció el nombre de su hija con voz temblorosa mientras sus ojos se llenaban de lágrimas. Si no fuese porque Fernando la abrazó a su pecho fuertemente, en ese mismo momento ella se habría derrumbado.

Envueltos en preocupación, pero sin pronunciar una sola palabra, se vistieron apuradamente y Fernando guió a Lety hacia el elevador. Rápidamente se subieron a la camioneta, pero Fernando no estaba seguro cual rumbo tomar.

"Lety, necesito que te reacciones y me expliques que pasó. ¿A dónde voy? ¿A la escuela? ¿Al hospital? ¿A la delegación?"

"El hospital." Lety no podía parar de temblar.

La sangre de Fernando se congeló mientras su corazón comenzaba a latir a un ritmo sobrenatural. Leticia le había pronunciado las palabras más aterrantes que jamás se podría imaginar. Andrea. Hospital. La angustia se apoderó de él, pero era muy consciente que necesitaba mantener la calma.

Y Llegaste Tú: Segundas OportunidadesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora