"Los finales felices son para las historias que aún no terminan." Cuando Leticia Padilla Solís llegó a la vida de Fernando, ella se la cambió por completo y cuando lo pudo admitir, lo gritó a los cuatro vientos. El amor verdadero llega y te cambia p...
Santiago Mendiola. Mi nombre por sí solo dice muchas cosas. Soy el hijo del reconocido presidente de la casa productora más exitosa de todo México; Fernando Mendiola.
A mis hermanos nunca les ha importado vivir bajo la sombra de nuestros padres, pero a mí sí. Me encantan los negocios, los números entre más grandes, más me llaman la atención. El mundo de los comerciales, video clips y programas de televisión ha sido prácticamente mi cuna. Y es en un ambiente en el que me desenvuelvo muy bien, pero me canso de que cada persona que conozco me compare con mi padre. A Andrea y a Sebastián les alaga que les digan lo parecidos que son a mamá o papá, tanto en el trabajo como en sus personalidades, pero a mi no. Yo quiero ser mi propia persona. Yo quiero forjar mi propio camino.
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Andrea siempre ha sido la niña consentida que nunca rompe un plato. Cuando salió embarazada, los dejó a todos con la boca abierta. Claro que también merece su crédito. Se ha esforzado mucho para que eso no la detenga y lo ha hecho muy bien. Hace varios meses se comprometió con uno de mis dos mejores amigos, Fernando Daniel Carbajal. Él y su hermano gemelo, Omar Alejandro, crecieron prácticamente en nuestra casa y a nadie le sorprendió que uno de ellos se enamorara de mi hermana. Creo que de lo único que los dos se arrepienten es de no haberlo admitido antes. En fin. Dentro de seis meses se convertirán en una familia feliz y en casa no se habla de otra cosa.
El otro niño estrella es Sebastián, mi gemelo idéntico. Tan estrella, que fue y se topó con una pared llamada Karla Villaroel y ese estrellón casi lo mete a la cárcel. Casi, porque mi papá jamás permitiría algo así. Se deprimió por mucho tiempo, pero ahora es feliz otra vez. Está trabajando aquí en la empresa, pero en el área creativa. Ama su trabajo y creo que también ama a su asistente, Raquel, aunque no esté listo para admitirlo.
A pesar de todo, quiero mucho a mis hermanos. Y a mi sobrinita Emma ni se diga; es mi princesa. Mis papás siempre han sido nuestra roca, aunque papá y yo vayamos por la vida chocando con nuestros caracteres. Mamá siempre es la voz de paz entre nosotros, pero no tarda en surgir otra diferencia que nos deje exactamente en el mismo lugar.
Sé que lo escondo, pero en el silencio de mi oficina no me pesa admitir que sin mi familia no sería nada. Somos una familia muy unida y de ellos he aprendido muchas cosas. La primera de ellas que el amor no lleva a nada bueno. Por eso me he enamorado de Conceptos. Todos mis días están dedicados a esta empresa. Mis noches las divido entre modelos y los estudios. Malditos estudios como los odio. Pero son la única forma de mantener a mis papás contentos. Pareciera que con todo lo que ha pasado con mis hermanos, no tendrían tiempo para mí, pero ni a sol ni sombra me dejan descuidado.
Ambos gemelos Carbajal siempre fueron nuestros amigos, pero mientras Daniel se acercaba más a Andrea a través de la adolescencia, Alex y yo formamos nuestro propio club anti enamorados. Diego a veces se nos unía, pero su onda hippy siempre lo llevaba por otros caminos. De los seis niños que crecimos juntos, Diego es el único que odia los negocios y está estudiando medicina para irse a trabajar en países de pocos recursos. Cuando éramos niños, Sebastián le seguía mucho el rollo, viendo la vida por los mismos lentes rosados que él. El papá de Diego murió hace unos años, cuando todavía estábamos en la prepa, pero el nunca pareció realmente afectado. Al igual que su papá, Diego tiene una forma de ver la vida que hace la muerte de un ser querido lo más normal del mundo por inesperada que sea. A veces dice cosas raras como que su papá lo acompaña porque es parte de la misma tierra y del aire que lo rodea... paz y amor, bro. Como lo dije antes, todo un hippy.
