Capítulo 21: Preocupaciones.

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Lety regresó a la cocina después de darse permiso de llorar para desahogarse y volver a maquillarse para dar la impresión que viviría un día común y corriente. Al entrar, encontró una cocina impecable y a un Fernando con su sonrisa profesional. Lety sabía que no engañaría a ninguno de sus hijos con ella, pero era mejor a que les demostrara su intensa preocupación por su hija.

"¿Mejor?" Le preguntó Fernando a su esposa tomándola de la mano. Ella tampoco lo engañaba a él.

"Dentro de lo que cabe." Lety besó su mejilla. "Mi amor. Yo se que no será fácil pretender que no pasa nada, pero no podemos agobiar a la niña."

"Lo sé mi Lety, lo sé." Fernando acarició su rostro. "¿Estás preocupada por ella?"

"Por su puesto que sí. Andrea está llena de sueños y metas que no tendrá forma de cumplir con un bebé en brazos. Pero no puedo Fernando. No puedo enfocarme en eso. Ella va a depender de nosotros para tomar las mejores decisiones. Para apoyarla... no puedo darme el lujo de enfocarme solo en mis sentimientos."

"Yo no puedo enfocarme en otra cosa. Mi niña Lety. Mi princesa..."

"Mi amor. El hecho de que esté embarazada no quita que sea tu princesa. Créeme que en el momento que ella se dé cuenta, lo más que la atormentará será el pensar que te defraudó, que te rompió el corazón. Yo sé que tienes que desahogarte de alguna forma, pero mi amor, no puede ser frente a ella. Llora. Grita. Pasa por tu neurosis... pero que Andrea no se dé cuenta. Créeme que ella se va a torturar solita pensando que nos lastimó, y en nuestras manos está que no se deprima. Después de todo Armando le hizo mucho daño, y tener su hijo será lo más difícil a lo que Andrea se enfrentará en toda la vida."

"Lo sé lo Lety. Lo sé . Solo dame un poco de tiempo." Fernando besó su cabeza antes de abrazarla.

* * *

"Andrea Fernanda, vas a llegar tarde a tu primer día. Está bien que eres la hija de los dueños, pero no te pases." La voz de Fernando subió por las escaleras como ella llevaba dieciocho años acostumbrada a escuchar.

"Ashhhh. Ya voy, padre." Andrea se lo dijo con todas las intenciones de hacerlo enojar, sabiendo que odiaba que lo llamara así.

"Que no me digas así. Yo lo menos que tengo son cualidades de sacerdote."

"Fernando, ¿te quieres tranquilizar?" Lety puso una mano sobre su pecho. "Ella está lo suficientemente nerviosa."

"Ah, ¿y yo no? Mi niña, mi princesa, la reina de esta casa, a quien no le hace falta absolutamente nada, está terca de quiere trabajar mientras estudia. ¡Por favor!" Fernando bajó la voz para susurrar en su oído. "Y a todo eso, ahora añádele su embarazo."

"Fernando. Se te olvida que es lo que tanto luchamos por inculcarle. Que el que venga de una familia de dinero no quiere decir absolutamente nada." Leticia le dijo tranquila, mientras lo observaba con detenimiento.

"Si me preguntan a mí, lo mejor que puede hacer la nena es ir a trabajar a Conceptos. A lo mejor así se le bajan esos humitos de princesa presumida."

"Oh mira. Lo bueno es que nadie te preguntó Santiago. Deja a tu hermana tranquila." Le espetó Fernando. Santiago era tan parecido a él cuándo tenía su edad, que a veces le quitaba el sueño.

"A Santiago lo que le molesta es que el también quisiera ir a trabajar a la empresa. Odia la escuela, por si sus calificaciones no se lo habían dejado claro." Sebastián sonrió muy complacido de defender a su hermana y atropellar a su gemelo en el proceso.

"Ustedes ya saben las reglas." Interrumpió Leticia antes de que a su esposo le diera un infarto por tener esta discusión otra vez. "Ustedes tienen todo el derecho de trabajar en Conceptos, siempre y cuando su diploma los respalde. Sin diploma universitario no hay empleo. No solo en Conceptos, en todo el país. Si quieren trabajar mientras estudian, no se lo vamos a prohibir. Pero ni sueñen que pueden dejar los estudios para trabajar. Ninguno de los tres. Todo en esta vida tiene un precio y el excito es de los más caros. Ahora, dejen de sacarle canas a su papá, tomen sus mochilas y ya vayanse a la escuela. Se les hace tarde."

Y Llegaste Tú: Segundas OportunidadesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora