Capítulo 23: Nada Será Igual.

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"¡¿Qué demonios está pasando aquí?!" Los gritos ensordecedores de Fernando llenaron la habitación de Andrea con fuerza, haciendo que ambos se sentaran de un brinco en la cama y Andrea comenzara a llorar nuevamente.

Lety llegó corriendo detrás de él, y una mirada a su hija fue suficiente para saber que algo grave estaba pasando, pero no de la misma forma que su esposo se lo imaginaba.

"Calme, mi amor, calme." Lety intentó jalar a su esposo, pero él la superaba en fuerza y tamaño, así que optó por pararse frente a él. "Primero las preguntas, después las reacciones." Le dijo ella buscando calmarlo. "No es tan grave como te imaginas y lo sabes."

"¿Cómo que no es grave? ¡Daniel acaba de pasar su último día de vida en la cama de mi hija!"

"No, no, no. Nada de eso. Mira, hazle caso a mi tía. Aquí no pasa nada de lo que te imaginas. Te lo prometo."

"Ah, ¿y yo nací ayer? No Daniel..."

"Fernando." Lety le habló a su esposo con un tono firme que lo hizo reaccionar y enfocarse en las lágrimas descontroladas de su hija.

"Andrea, mi niña, ¿Qué te pasa?" Fernando se arrodilló a un lado de la cama. "Andy, por favor, no me sigas alejando de ti. ¿Daniel te hizo algo?"

"Papá, Daniel no ha hecho otra cosa que apoyarme. Déjalo en paz por favor."

"Entonces, explícame por favor que tienes. ¿Te hicieron algo en la empresa? ¿Por qué ya no regresaron después de comer?" Fernando le hablaba a su hija, pero miraba a Daniel completamente confundido.

Daniel no tenía ni la más mínima idea que era lo que quería hacer Andrea. Simplemente se quedaron dormidos sin hablar de nada. Pero conociendo lo unida que era la familia Mendiola, podía estar seguro de que mentirles a sus padres no era el plan de su amiga.

"Fernando, nosotros..."

"Papá, mamá." Andrea lo interrumpió, hablando por primera vez desde que salió del baño horas atrás. "Yo sé que necesitamos hablar y les debo muchas explicaciones, pero ¿me darían un momento con Daniel? No me tardo."

Fernando miró a Leticia con desespero evidente en la mirada, pero ella asistió comprendiendo que lo que venía no sería fácil para nadie.

"Está bien corazón. Pero por favor, no te tardes. Sabes que tu papá no es la persona más paciente que ha caminado sobre esta tierra. Te esperamos abajo." Lety le dio un beso a su hija y jaló a Fernando de la mano.

Una vez solos, Andrea abrazó a Daniel por el cuello con cariño. "Dany, eres el mejor. Gracias por siempre estar ahí conmigo."

"Siempre lo estaré." Daniel le devolvió el abrazo antes de separarse de ella. "¿Qué les vas a decir?"

"La verdad. Son mi familia y han sufrido conmigo. Yo sé que los defraudaré con mi noticia, pero no se los puedo esconder."

"Me lo imaginé. ¿Quieres que me vaya?"

"¿Te quieres ir?" Andrea le preguntó, incapaz de esconder su desilusión.

"No mi niña. Te dije que siempre estaré aquí contigo y no lo dije solo por decirlo; es una promesa. Simplemente pensé que a lo mejor querías privacidad para hablar con ellos."

"No seas tonto." Andrea le regaló una sonrisa triste. "Entre tu y yo no existe la privacidad."

"Jajaja. Claro que si existe."

"No Dany. No es cierto. Tu conoces todo de mí. Mi felicidad es tu felicidad, y mi dolor tu dolor. Me lo demostraste esta tarde más que nunca, y estaría perdida si no te tuviera a mi lado."

Y Llegaste Tú: Segundas OportunidadesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora