Capítulo 26- Grietas y llanto

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  El ucraniano se despertó, observó a su alrededor, no había nadie. Estaba él solo. No entendía porqué o cómo volvió a su hogar temporal. 

 Decidió levantarse de la cama y salir de la habitación. Caminó por el pasillo, sus pasos eran un poco débiles puesto que su ropa no era muy abrigada y durante esa semana el frío era abrumador. 

 Bajó hasta la cocina y se encontró con su hermana recostada en el sofá, con una taza de té de canela en las manos. Su mirada se encontraba fija en la televisión, la cual, mostraba un programa de noticias y cómo las personas se reunían en una marcha protestante contra el partido comunista. 

  Ucrania tocó el hombro de la chica y ella se volteó a verlo. Se alegró un poco al saber que su hermano ya no estaba dormido, puesto que ya le había comenzado a preocupar. El eslavo se sentó en el sofá con ella para acompañarla. 

 Pasaron un tiempo así, hasta que los demás hermanos de la familia fueron llegando. Todos se quedaron viendo las noticias un tanto preocupados, si la cosa seguía así su padre terminaría por desaparecer. 

 Rusia y URSS llegaron horas después. Se sumaron al programa en el que estaban centrados en ese momento. El soviético se notaba un tanto angustiado. Desde hace tiempo se habían presentado problemas para el gobierno, sin embargo no le tomaron la suficiente atención y lo dejaron pasar. El asunto comenzó a tomarse enserio cuando a éste le comenzaron a salir grietas, indicando claramente que en poco tiempo moriría. 

 El tema se habló en una reunión, sobre quién sería el sucesor. URSS orgulloso, dio el ejemplo de su hija menor. Todos la aceptaron rápidamente por simplemente ser una ideología, sin embargo se pusieron en mente que debía tener una relación muy buena con Rusia, para que él también la aceptara. 

 Normalmente, luego de salir de un partido, la gente suele valerse por sí misma como país antes de aceptar otra propuesta. Por lo que Rusia tomaría el control por unos tantos años hasta que su hermana tuviera la suficiente popularidad y aceptación por parte de la sociedad. A resultado de ésto, ambos deberían casarse o vivir juntos, de modo que haya una buena convivencia. Aunque la primera opción era la mejor. 

  URSS se retiró a su habitación a cambiar sus vendajes para que sus grietas no se vean, puesto que cada vez eran más grandes y más dolorosas. Calculaba que su muerte sería en una semana si las cosas seguían transitando así de rápido. Él no quería morir, no por amor a su vida, sino por no querer perder ante Estados Unidos. 

 Letonia, quien se encontraba caminando a su habitación, se topó con su padre y pudo observar las grietas que sobresalían de su cuerpo. Se alteró por aquella extraña condición que hasta ese momento no sabía que existía. Se acercó a su padre y preguntó sobre su estado físico. El contrario le respondió que estaba bien y le contó sobre todo este tema complicado. 

 Luego de la explicación, un tanto acelerada, el menor no entendía porqué su padre debía morir. Después de todo, él no había hecho nada malo, en cambio sus gobernadores, ministros y otros tipos de personas que se encontraban a la cabeza del país sí habían hecho crímenes horribles y no le parecía justo que ellos no recibieran un castigo.  

  Su padre los había cuidado desde que nacieron y nunca les quitó los ojos de encima, un trabajo un poco (por no decir muy) exigente. Nadie los iba a querer más que él, nadie daría su vida por ellos como él. Simplemente la idea de que su padre cargue con todos los pecados de otras personas que apenas se relacionaron dos o tres veces, no lo convencía y tampoco le agradaba. 

 Salió de la habitación un tanto triste, pensando en contarle trágica la noticia a sus hermanos. Algo dentro de él lo detuvo, pensaba que todos se pondrían melancólicos por la cercana muerte de URSS y que en los él no pudiese disfrutar de sus últimos días por estar con sus hijos tristes. No quería eso para alguien tan importante, que lo acompañó casi toda su vida hasta ahora.

 Siguió hasta el final del pasillo y abrió la puerta de un cuarto de baño. Y se encerró allí. No sería de gran problema, puesto que en la casa había cinco o seis baños. Además que tenía una molestia en el pecho, como si el corazón le pesara. Su respiración se hizo rápida y comenzó a llorar por quedarse sin aire, o al menos eso fue lo que pensó. Muy en el fondo sabía que lloraba por lo que le había dicho su padre, sin embargo no podía identificar ese sentimiento por ahora. 

  Lo único que le quedó por hacer fue lamentarse en ese baño hasta que anocheciera. 

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Hola, ¿Cómo están?, yo estoy bien. 

  He terminado casi todos mis deberes y por lo tanto tengo más tiempo para actualizar. Aunque también me he puesto un poco melancólica debido a que estamos cerca del final de la novela. Espero que hasta ahora les haya gustado la narración de una escritora novata. 

  Tengo veinte borradores en mi cuenta, que varios estuve pensando en publicarlos. A pesar de que intenté mejorar mi redacción, siento que todavía no es suficiente, por lo tanto no publicaré otra historia hasta que quede satisfecha. 

  Estoy empezando otra novela, la cual pueden encontrarla en mi perfil por si les interesa. 

Nos vemos en siguientes capítulos, ¡Adiós! 

(924 palabras)

En medio de la guerra (tu x Rusia)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora