Al ingresar a la sala, Temperance y Mina los esperaban entre risas.James saludó con un entusiasta y cariñoso abrazo a la dama, con la que no había tenido oportunidad de reunirse desde la boda de Temperance, a fines de la temporada pasada.
-¡Oh, Mina, no imaginas cuanto me alegra tenerte en casa!- sonrió encantado, mientras su adorada tía le regalaba una dulce sonrisa.
-Y aunque odio venir a Londres, también estoy muy feliz de poder verlos a ambos-asintió ella, sonriente- Espero que esa boda sea pronto, querido. No pretenderás que viaje de regreso a Bournemouth para tener que venir nuevamente, y todo en una misma temporada.
James rió y se volteó para presentar a su novia, incluyéndola a la charla.
-Imagino que ya se han presentado- comentó, entusiasta.
Prudence sonrió de medio lado.
- Ya la conocí- le informó su tía, con gesto severo y una ceja en alto- Tiene garras afiladas y dientes puntiagudos...
-¡Oh, no es para tanto!- se burló irónica la joven, restándole importancia con una sonrisa traviesa.
James alzó una ceja, imaginando con curiosidad el enfrentamiento entre ambas.
- Sé que al comienzo da la impresión de ser una fierecilla indomable y consentida, Mina, pero en realidad es más dulce de lo que parece...- se burló James, ofreciendo una sonrisa a la joven a su lado, que negó con la cabeza, divertida.
- Y tiene cerebro- agregó la tía, conforme, con voz parca-. Son las mas peligrosas...
-¡A mi me parece un encanto, realmente!- apuntó con tono amable Temperance, cortando la charla- Y que haya plantado cara a Mina, solo dice cosas buenas de ella...
-Como siempre, Tempty esta en lo correcto- sonrió James, orgulloso.
No tardó en unírseles Lord Churston y el mayordomo de James hizo sonar el Gong chino de la sala contigua para anunciarles que el almuerzo los esperaba en el comedor.
James ya había olvidado todas sus charlas de la mañana. La belleza de su prometida y su encantadora bienvenida habían acaparado todos sus sentidos.
Por ahora, no le interesaba nada más: Ni resolver el misterio de la muerte del duque, ni los romances de Charlotte o el Baron, ni el amorío que Prudence pudo haber tenido con Dudley... todo parecían simples nimiedades al compararlas con ese almuerzo, junto a sus seres más queridos, su círculo más íntimo. Y Prudence reinando majestuosamente en torno a ellos.
Ver sus sagaces ojos azules iluminarse al bromear con naturalidad con tía Mina, o la pícara risita que soltaba al chismorrear con soltura con Temperance, le hacían desear olvidar lo que ahora sabía del compromiso de Dudley y Charlotte. Su mundo estaba perfecto tal cual lo hallaba en ese instante y deseaba con todas sus fuerzas congelarlo tal cual se encontraba. Con el Barón escuchando con paciencia la historia que Mina le relataba sobre unos huérfanos del balneario, con Temperance entusiasta y sonriente, tratando a Prudence como a una vieja amiga...
Y Prudence... -¿Podía haberlos hechizado a todos de algún modo?- se movía entre la familia con tanta espontaneidad que ya parecía gobernar la casa como si fuese la anfitriona. Le parecía irreal el modo tan natural en que se había apoderado de todos, y James no podía más que pensar a cada segundo en proponerle adelantar la boda. La quería allí, junto a él, de inmediato.
Alzó la vista mientras aun comían, perdido en sus pensamientos, para hallarse con una maliciosa mirada de John frente a él. Su querido amigo podía leerle la mente. Chusrton comprendía lo que le ocurría perfectamente y se burlaba en silencio de su pupilo. James asintió, respirando lentamente. No le negaría ni siquiera en ese intercambio silencioso lo que ciertamente pensaba. Estaba completamente perdido. Se había enamorado de la joven, completa y perdidamente. No podía creer lo afortunado que era, y se sintió inmensamente agradecido de la elección de sus padres. No imaginaba como es que lo habían sabido, pero Prudence no podía ser mas perfecta para él, adecuada a su familia y a su entorno, como si lo hubiesen planeado.
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La Prometida
Historical FictionLord James Hamilton, el joven Duque de Hamilton, disfruta de la temporada social como de costumbre cuando es solicitado con urgencia por el Barón Churston, su gran amigo y antiguo tutor legal, para realizar juntos una visita a la finca familiar del...