capitulo 19. parte 2

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Continuación.

Maldito, maldito, maldito.

¿Cómo se atreve a tocarme con las sucias manos con las que tocaba a la puta de Lilith?.

—Oh, ya decía yo de donde había escuchado las amenazas por el ano— dice Forest.

—Yo solo tomaba aire, pero como veo que sobro aquí me retiro. Mil disculpas, no sabía que no podía venir al patio.

Nisiquiera me comí lo que me trajeron, y se me revuelve el estómago al solo pensar en ella.

Ella se da media vuelta y se va caminando rápido. Ruedo los ojos al ver como le hablan a Erick y él no presta atención —. ¿Por qué eres tan grosera? La idea es que te comportes como yo y pensemos igual, la idea es pisotear al que lo hace contigo no lo que hiciste.

Con ese tonito hasta yo me fuese creído que le duele ver a Lilith triste. Pero lo conozco, y él no tiene sentimientos algo que ninguna princesa vampira o noble podrá conseguir y mucho menos una maldita humana que sigue viva gracias a mis padres.

—¿Y si nos vamos a dormir?— me murmura Forest.

Asiento. Ésto se acabará cuando le haga la pizza. Me entristesco por mi felicidad no dura mucho, es efímera y siempre termino lastimada por la misma vida.

Que asco de vida, no sé porque me dejaron vivir y no me han dejado suicidarme ya o verdad soy inmortal y no me muero.

Que aburrida vida sin poder estar pendiente de los riegos.


Lilith POV.




Choco con una chica, lo sé porque mis manos dieron a parar a sus bubis. Las alejo rápido y miro a la mujer, es pálida, sus ojos carmesí, con unas pequeñas venas marcadas negras como las de señor Erick en el cuello pero solo que el señor Erick las tiene mucho más marcada, su rostro es como la de todas las vampiras. Perfecta. Sin ninguna cicatriz, sin maquillaje, unas cejas pobladas y peinadas, un cuerpo envidiable al ojo vampiro ya que las Vampiras son planas pero esta vampira no es tan plana tiene lo suyo. Su cabello es largo hasta su cintura y de color negro azabache.

—Escuché los gritos de mi hermano, ¿Que pasó, Lilith?.

¿La conozco?, ¿Me conoce?. Cielos, ¿Quién es el hermano?.

—Vengo de escuchar los gritos del señor Erick por algo que pasó con Forest y —no otra vez no—. Su acompañante— ¿Nombre?—. No entendí lo que pasó pero Anneliesse se miraba furiosa, el señor Erick tomaba a Angela —si, lo recordé—. Y Forest estaba molesto.

—Espero que no sea otra pelea entre esos dos, porque tener que separar a Angela de Erick en sus peleas no es fácil y más si me deja electrocutada— se ríe un poco.

—Lamento mucho lo que voy a decir pero, ¿Cómo te llamas o quién eres?— aquí yo, olvidando todo.

Ella suelta una carcajada —. ¿Sabes?, Siempre me has caído muy bien, sé que te trato mal durante el largo de los años pero de verdad estoy orgullosa de la mujer que te convertiste o te estás convirtiendo.

¿Aquí es donde mágicamente me acuerdo de su nombre?.

Tiene los ojos de Drácula y preguntó por su hermano, y si me trataba mal creo que sería la hermana mayor de los hermanos Drácula.

¿Pero se llamaba....?.

Río —. Obvio, es una pequeña bromita pero ya me voy allá las cosas están feas.

Ella asiente y se va al patio, mientras que yo entro al comedor donde están todos sentados comiendo. Mi cansancio me está ganando, me acerco a cielo y le doy un beso en la mejilla.

la profesia de los rubíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora