capitulo 12

2 0 0
                                    

Lilith POV.







El sudor baja por mi frente, recorre todo mi cuello en vistas espesas bajando por todo mi cuerpo. El dolor de los brazos no hace que me detenga, solo hace que siga con mi trabajo de golpear la bolsa de boxeo.

Me quitan los audífonos, me detengo y veo a Astrid detrás de ella entra mi novio, le doy un beso en la mejilla y me mira divertido.

—¿Ya terminaste, gozilla?— me dice mi novio con su sonrisa.

—Al fin no logró romper la bolsa de boxeo— sale mi entrenador.

—todavia no lo logro, solo fué una vez pero no volvió a pasar— tengo la ilusión de que vuelva a pasarme, necesito llegar a hacer la mejor en todo y así no podré.

Tengo metas cada semana y esta lleva años; todos me dicen que tengo que esperar y no precipitar las cosas, pero conmigo todo es rápido, bien hecho o no se hace y punto.

Salimos del gimnasio, veo un McDonald's al frente y veo a Astrid —. ¿Te provoca, verdad?.

Asiente gustosa, ambas vamos como dos niñas pequeñas emocionadas por nuestra cajita feliz.

Entramos al restaurante más comercial del mundo, ambas nos miramos emocionadas, me toco la panza en círculos deseando los Nuggets en mi boca ya con esa salsa.

—Bienvenidas, ¿Que desean pedir?— muestro mi tarjeta VIP y me comienzan a sacar las cajitas felices.

Abro la mía y miro mal a el encargado de mi pedido —. ¿Y mi juguete?— trato de estar calmada pero la mejor parte es mi juguete, ¡Juguete!.

Me muestran todos los que hay —. My little pony, gracias— me dan la bolsita y me voy feliz con Astrid hasta la mesa donde los dos hombres nos ven con una sonrisa.

—Me imagino que me darás papitas— dice el entrenador para Astrid.

—La comida es sagrada y no se comparte.

—¿Ordenaste lo que te pedí?— me dice Parsse. Le entrego la caja y lo busca, al verlo chilla —. ¡twillght Sparkle!— vuelve a chillar al ver quién le tocó, toca su pata y suelta unos sonidos para luego prender luces.

—Es como un niño chiquito— susurra, Astrid pero luego le pega en la mano a mi entrenador por quitarle una papita y  ella se la quita de la boca.

—No le quites las papitas— advierto.

—¿Cuándo irás a ver a Drácula?, Ya me tiene estresado con que no te dejo ir a verlo y necesita verte después de tantos años.

—Pero la universidad me tiene para aquí y para allá, no e podido parar de estudiar.

—Solo será una tarde luego te vienes, o puedes ir un día a la semana— propone mi entrenador.

—Mmju— dice con un asentimiento Astrid comiendo su hamburguesa.

Abro la cajita, saco las cosas. Saco del papel el pipote para meterlo en la tapa del vaso de refresco; tomo un sorbo sintiendo todas las burbujas quemar mi garganta y sigue un leve cosquilleo cuando pasa por tórax. Sigo por mi Nuggets, destapo la cajita de 12 y meto uno en salsa BBQ. Al morder lo siento lo caliente que está más un poco de picor de la salsa.

Me preguntan si está bueno y asiento, estuvimos hablando toda la comida mientras que yo ya entendía las señales de mi novio.

«tenemos que irnos o vamos a perderlo. . .» sé que lo vamos a perder si nos vamos pero Astrid ya se va, y no la podré ver más a menos que vaya al castillo.

la profesia de los rubíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora