capitulo 20. Parte 2

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Erick POV.

Todos entran, Blade se burla de mi frustración—. Vamos de compras.

—Vamos —tomo mis zapatos y salgo rápido para luego esperar a los viejitos—. ¡Muevan el culo!.

Corremos hasta llegar a Canadá, aquí venimos de compras normalmente. Vamos a la primera tienda de ropa de baño, todos decidimos irnos por los shorts aunque los abuelos querían usar unas cosas diminutas no lo dejamos. Blade busca traje de baño que superviso, elije uno color negro nada adecuado.

—Eso sí que jamás lo vas a usar mientras yo esté vivo —le digo y ella me gruñe—. No me gruñe señorita.

—¡Soy ya grande! —me dice molesta. Le quito el traje de baño—. ¡Dámelo!.

—Llévate otro, y si mejor eliges uno para tí y este se lo damos a Ángela —Odio decirlo pero esto le prendería en semana de excitación a Forest, su color de excitación es el negro.

Aunque todas piensan que el mío es negro, en realidad es el rojo. Ese rojo, pasión, vino, ese fogoso.

—Esta bien, pero puedo elegir uno ¿Azul? —dice con duda.

Voy primero que ella a los azules y elijo uno, que sé que el va a gustar. Llega a mí—. No me gusta —trata de mentirme y subo una ceja. Suelta un chillido—. Es mentira ¡Me encanta! Si, que ella se quede ese feo —me dice y sonrío.

—Ahora toma, y se lo das tú —le digo.

Las remodelaciones lo hicieron un hotel, porque todos ahora vienen es a mí castillo. Me sube el ego saber que tengo el castillo más grande de la élite.

—¡Hijo! —me llaman. Me acerco a ellos, tenemos el tiempo en pausa para poder tomarnos horas de elección y que sus mujeres no sepan que desaparecieron.

Ellos me muestran los shorts con frutas y ruedo los ojos—. ¿Es encerio?.

—¡Si! —dicen con emoción.

—A Lilith le gustan las...

—Frutas lo sé lo sé, por algo su dulce favorito es el pastel de frutas —digo fastidiado—. ¿Por qué se empeñan en que estoy enamorado de ella?.

Lo estoy pero no sé los diré. Tengo bloqueados mis pensamientos para mí loco padre.

Veo el de los abuelos, bisabuelo y tatarabuelo que son de colores distintos pero con bananas bailando, ellos lo modelan por el lugar y mueven el tracero. Mis tíos excepto el rey de la locura salen con unos de aguacates. Los de mi padre y mi tío son de sandía color rosa. Me toca a mí probarme el asignado, uno de bananas simples sin caritas color lila, salgo con las manos en mis caderas haciendo muecas de modelo, muerdo mi labio seductor y me doy una vuelta.

—Se van a morir —dicen todos con picardía.

Blade se prueba el traje de baño azúl con estrellas y le queda lindo aunque no le presto atención. Me quedo viendo en el espejo, ¿Será que le guste?. Me llevo el cambio como todos, aunque el diferente fui yo.

No me pondré flamingos y mucho menos con esa camisa infantil. Me llevo una camisa sin mangas negra con una franja rosa claro y otra mucho más larga blanca con el short negro. No acepto más.

Entro sin camisa pero con lentes negros a el jardín donde está la enorme piscina, las miradas se dirigen a mí llenas de lujuria. Saludo a todas las chicas, las que están en la piscina, en el jacuzzi, las que hablan, las que bailan, las que están acostadas, las sentadas. Pero decido no saludar a Lilith, la miro desde lejos con sus amigas. Me tiro de clavado a la piscina para escuchar la conversación de Lilith con sus amigas mientras nado.

la profesia de los rubíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora