Capitulo 23

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Lilith POV.



Me equivoqué. No es difícil intentar ser de su lista de 10 pero lo es más difícil es tener un tiempo con él. No lo e visto en dos días, ya terminó su semana de dormir con las princesas y la semana de excitación pasó. Guardo mi collar en su caja y dejo mi cabello suelto para salir, ni tengo ganas de mucho hoy.

Quiero conocer las remodelaciones del castillo así que voy a pasar un día de turista por el enorme castillo, bajo las escaleras hasta el comedor vacío veo a lo lejos a Drácula con su esposa hablando al lado que se susurran cosas. No he hablado con él porque está ocupado, como Erick tiene mucho trabajo que hacer pero no entiendo el porqué.

Me voy a la cocina por un vaso con agua y empezar mi recorrido, voy entrando a las salas que hay. No sabía que había una de juegos, al entrar veo que sí, está repleta de juegos de mesa todo un estante, luego las mesas para jugar múltiples juegos el suelo es de hielo y el techo tiene unas asas para montarse creo. Veo las demás cosas que hay hasta escuchar voces, salgo y veo a Erick se me acerca.

—Lilith, no he tenido tiempo para saludarte.

—No hay problema, cuidar un reino no es fácil —le digo con una sonrisa—. ¿Podemos hablar? —le pregunto pero no me da respuesta por lo llaman.

—Los koalas necesitan tú ayuda para sanar.

—¿Koalas? ¿Que les pasó? —indago.

—¿Me quieres acompañar a verlos?.

Asiento voy junto a él y su secretaria para el establo. Aquí hay un establo desde que vine, me encanta venir a menudo para ver a los animales. Busco los árboles de bambú, tienen muchas hectáreas para ellos, no están encerrados, simplemente protegidos. Se estaban extinguiendo hasta que los salvó Erick hace unos siglos atrás, como todos los animales aquí, están bien cuidados y llenos de comida con agua, tienen veterinarios privados para cada animal y viven felices con toda la familia.

Los venados están apartados, los venados especiales para comer y los venados que están extintos por su tipo de clase están aquí.

—La familia de koala nueva está teniendo dificultades en el parto, ella está apunto de dar a luz pero tiene mucho dolor.

Decido ponerme guantes junto a Erick para entrar a el lugar de los koalas, vamos a la sala de parto de ella que es una chosa construida para generar calor en días de frío. Erick me dice que la sostenga y la relaje, aunque no sé si me entienda le hablo para que se relaje y Erick la revisa.

—Es mejor si le pones insulina.

—No, ella no puede tener una cesárea —digo.

Me mira mal la secretaria y la veo con superioridad.

—Es verdad, el padre no lo dejaría y sería peligroso en su estado. Debe darlo a luz.

Nos preparamos para ayudarla a tener a su bebé, pongo mis manos en su vientre y de pronto deja de llorar para expulsar al bebé. El pequeño koala lo examina Erick para dárselo a sus padres, busca comida y agua mientras yo le pongo el suero a la koala y acomodo una camisa abrigadora para le bebé, le enseño que lo puede poner ahí y su pareja se queda con los tres.

No hay algo más bonito que ver eso.

Pasado más avanzado.

—¿Sabes lo hermoso que te ves? —le digo a mi marido que está sin camisa caminando por la habitación. Apaga la luz para mirarme con una sonrisa, ilumino la habitación.

Carga a la bebé en sus manos mesiendola en sus brazos, se me escapa una sonrisa. Busco mi teléfono para tomarles una foto, luego la voy a imprimir. No hay algo más hermoso que ver a el amor de tú vida ser padre, es tan preciado este momento que lo atesoraré en mi corazón por siempre.

la profesia de los rubíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora