Capitulo 28

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Lilith POV.




Las cortinas blancas se mueven por la leve brisa, camino pasando las llegando a esa espalda musculosa varonil encontrándome a mi hombre en todo el sentido de la palabra. Acaricio su espalda desnuda para pasar mis manos por su cintura abrazándolo escuchando el canto de las aves relajante, llegamos hace unas horas aquí y ya estoy enamorada. Me paso hacia adelante para poder ver sus ojos hermosos con el rato del sol en ellos, me toma de la cintura subiendome al barandal de bambú sonriendo y paso mis piernas por su cintura y mis manos suben por sus músculos repasando cada parte de su piel explorada por mis manos y mi boca, llegan a su cuello dejándolas ahí dejando suaves besos en su pecho escuchando también el sonido de las hojas al moverse por la brisa.

—Es maravilloso este lugar —le digo con suavidad—. Puedo respirar oxígeno puro aquí —cierro mis ojos echando mi cabeza hacia atrás disfrutando la suave brisa que da en mi rostro y el aire puro que puedo exhalar.

—Es el lugar indicado para este contigo, pero todavía no hacemos nada. Mañana empieza la diversión, hoy a penas llegamos.

Asiento con una sonrisa relajada, estoy más que segura que este lugar es mejor que la droga. Si lo fuese sabido estaría viviendo aquí desde hace mucho tiempo.

Me baja del barandal y él toma asiento en una silla de madera viéndome con mi vestido blanco con fresas de burdeos, tiene un listón en el medio de mis pechos cómodo para el traje de baño si tuviera pero no tengo sostén abajo solo unas panties color blanco con fresas a juego con el vestido. Me acerco a mi hombre para sentarme en sus piernas reposando mi cabeza en su brazo fuerte, ancho y mordible. Aunque todo él es mordible, si no le doliera también la serpiente pero ahí se puede. . .

Miramos la gran vista que poseemos los árboles de un lado y los animales el otro lado, dos mundos que se mezclan comprobando me que el complemento se encuentra en cualquier parte, él y yo nos parecemos sí, pero todas las personas tenemos algo que nos diferencia de la otra tal vez sea porque a mí me gusta el maní salado y a la otra persona el maní sin sabor, pero todos tenemos un Ying y un Yang interior, cuando lo mezclamos con el otro se encuentran los dos Ying y los dos Yang siendo más fuerte multiplicados.

Una buena enseñanza del amor es explicar que viene de distintas formas, porque todos los amores son tan iguales que los hace diferente a su manera extraña y única. Una humana con un demonio/ vampiro se ve imposible y aquí estamos los dos enamorados cada día mucho más que el anterior, con nuestros corazones latiendo a mil por el otro. Cierro mis ojos maravillada por estar a su lado.

—No es solo el lugar, es que tú estás conmigo —le digo a él—. Es tan hermoso todo aquí, tan calmado que amo compartirlo junto a tí. Una cosa que compartiremos juntos mucho más seguido —le sonrío y él a mí, me acerco a sus labios para robarle por unos instantes sus labios para llamarlos míos conectando nos como dos piezas del rompecabezas que arma un corazón lleno de flores y sangre que nos representa.

Acaricia mi espalda con tranquilidad tomando un beso calmado lleno de sentimientos, de esos que te dejan sin habla porque no se necesita para explicar lo que sentimos, de esos que te motivan a seguir amando a esa persona mucho más que hace unos segundos atrás, de esos que te dejan babeando en el piso en los que si se van algún día le lloras todos la vida. Esos besos, son los que valen la pena y solo los podría tener junto a él.

Me lleva a la cama cargada, me quedo desarropada para ponerme boca abajo bostezando y dormirme profundamente con su cuerpo a mi lado abrazándome por la cintura con su cabeza en mi espalda y su pierna montada entre las mías. Dormimos juntos como una felíz pareja hasta que escucho un sonido irritante, abro los ojos molesta y los entrecierro viendo la alarma del celular de Erick. Lo agarro para apagarlo pero justo veo algo que me impresiona.

la profesia de los rubíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora