Capítulo 42^

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Pitt

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Pitt

Observo el anillo dorado atrapado en mi dedo.

Más que una venganza lo considero un castigo divino, pero es bien sabido que de eso no tengo nada y mucho menos trabajo de ese lado.

—Justo a la persona que quería ver.—Dahiana entra a la oficina sin necesitar presentación alguna, el día inicia con pilas y yo mantengo el control en su lugar hasta poder sintonizar.

—Supongo que sería una perdida de tiempo mostrar cortesía que no sentimos.—me quedo sobre la silla como si nada pasara.

—Si hay algo que me gusta de ti es la sinceridad, nunca hemos sido comadres y nunca lo seremos.

—Me gustan más carismáticas.—sonrío sarcástico.

—A mi alocadas.

—¿Derek o Diana?

No tengo interés de alargar el encuentro sabiendo lo obvio, ha venido a ofrecerse, primero Felipe y ahora ella, las cosas han tomado un ritmo inesperado pero que disfruto, antes de que lo sepan ya me habré deshecho de los Morfis, dándole donde más les duele, aún así las cosas no terminarán ahí.

—El imperio Morfis, mi herencia, he escuchado un poco sobre tus últimos movimientos y puedo suponer lo que cruza por tu cabeza.

—¿Y eso qué es?

Detallo a la mujer ante mis ojos esperando me revele todo lo que deseo.

—No me importa lo que hagas siempre y cuando nos dejes a mi hija y a mi fuera de ello.

—No creo que eso vaya hacer posible, contra ti no tengo nada pero el resto...

—Te lo compensaré.

Se adelanta a mi sabiendo que lo que tengo contra su sangre es mucho más que personal.

—Estoy abierta a las negociaciones, además de que escuché que has estado muy expuesto en los ámbitos familiares.

Felipe, Matilde y Bean. Ese trio me desespera.

—Ya estamos acostumbrados, también sabes que no es algo que se puede simplemente dejar.

—A mi me parece que quieres acabar con ellos, escucha Pitt, piénsalo bien y haz una buena oferta.

—No me interesa comprarles nada, están prácticamente en la quiebra, los socios y compradores que les quedan es gracias a mis contactos y si lo quisiera desaparecerían en cuestión de segundos, es más, he pensado en recibir algunos desahuciados.

—Acepto que estamos mal, pero no hemos visto peor, puedo hacer que subamos de nuevo he incluso superemos ese límite.

—Eso suena como un buen reto, lo tomo.

—Eres inteligente, sé que tomarás la mejor decisión tanto para ti como para los Lennox y esa es aceptar mi propuesta, soy mejor como aliada que enemiga.

Conociendo lo prohibido ©️ (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora