Capítulo 36^

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Vanessa

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Vanessa

Missael me arregla las uñas y no deja de preguntar acerca del viaje a la India, tengo una Anna dos, tres veces más intensa frente a mi.

Le muestro todas las fotos del Taj Mahal que tomé tratando de ocultar donde sale Pitt, al recordarlo todo parece irreal, además del dolor que aún conservo en los extremos del cuerpo, no puedo creer que de verdad me haya esposado en el baño y luego hecho todo eso, no me quejo, buen servicio.

—¿Y qué tal lo otro que aún no has contado?

—¿Qué?—tomo la cámara de su mano—no sé de que hablas.

—Mhuuu.

—¿Me las pintas de azul?—le pido viendo el color rosa que acaba de sacar.

—Ese color no te va.

No es lo que piensa Pitt.

—Es mi color favorito y lo sabes—me inclino hasta alcanzar el color que no deja de llamarme.

—Ese jefe te tiene muy contenta, ¿no es así? Anna me puso al día con todo, así que casado, ¿eh?

—Anna y sus cosas, ¿ya te contó que se enamoro de Brad?

—Conocemos a Anna, no creo que tal cosa sea posible, pero ahora hablamos de ti, quiero saber que es lo que piensas y como te sientes al respeto.

—¿Qué quieres decir?

—Bien—deja el esmalte de lado—el sujeto es millonario, joven, no está mal, además Islandés con un toque de hispano y por lo que pude ver es tan toxico como posesivo.

No me digas.

—¿Estás segura que es lo que buscas?—clava esos ojos acusadores sobre mi—es casado.

—Lo sé—me pongo de pies y camino hasta la hamaca en el balcón—Aún así no entiendo el punto.

—A mi no me puedes engañar con lo de que solo es un pasatiempo, el tipo te tiene viendo estrellitas y no precisamente de las que se encuentran en el cielo, vamos admítelo en voz alta.

—No sé de qué hablas.

—Dilo aunque sea una vez.

Niego.

—Uno, dos, dos y medio...

—¿Qué haces?

—Te doy tiempo a confesar tus sentimientos.

—Detén esto por favor, ya he tenido bastante con Anna para que ahora te agregues tú por tres.

—Hazlo—vuelve a insistir.

No sé cómo hacerlo, no sabría cómo decirlo, en el instante en que lo haga todo se vuelve real, desde el momento en que empecé a desearlo solo para mi y no quise que nadie más lo tocara, cuando me dolió al escuchar el acepto, el verla salir de su oficina a cada rato con esa estúpida sonrisa en su rostro, el hecho de que compartan cama y tengan encuentros cada noche. Todo eso es tan frustrante.

Conociendo lo prohibido ©️ (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora