TRILOGÍA HÁBITOS INSACIABLES. (Libro I)
Vanessa apenas empieza a separarse de la sobre protección y tabúes de su madre descubriendo así las tentaciones y emociones de la libertad. Pitt un joven empresario conocido por su arrogancia y mal temperamen...
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Vanessa
Puro y completo morbo brota de todo él y recuerdo aquellas extrañas como complejas posiciones en las esculturas, mi mente no da vueltas sino que se mantiene concentrada en Pitt y en lo siguiente que hará.
—¿Hay algo que quieres escuchar?
Asiento intentando levantarme.
—Dime que quieres escuchar —me detiene— Y lo pondré para ti.
Mi mente se queda en blanco pensando en alguna canción, estaba pensando en levantarme y poner algo suave de mi teléfono pero si hago eso, tendría que darle el celular, y eso no lo quiero.
—Close de Nick Jonas —pido— Me gusta esa—muevo mi piernas sobre la cama y él las ve deslizando su mano en ellas hasta levantarse.
Camina hasta la mesita donde está la radio cambiando la canción hindú que suena, todo el pecho me hierve y Pitt solo permanece de pies dándome la espalda del otro lado de la habitación, trago lento y volteo a ver la lampara que hay sobre la mesa de noche, quiero apagarla pero a la vez sería ridículo después de todo el tiempo que lleva viéndome desnuda, desde que me quitó la gloria para regalarme el paraíso.
—Antes de iniciar me gustaría ver algo —dice acercándose— Colócate en cuatro para mi.
Me tomo un respiro y asiento a todo lo que pide sumida en mis pensamientos y lo rápido de los latidos de mi corazón.
—¿Solo será eso?—inquiero tomando la posición que pidió, recuerdo una vez que Anna me dijo que al hacerlo tratara de bajar mi pecho lo más posible contra el colchón, y abriera bien las piernas dejando mi nalga levantada— ¿Así está bien?
—¿Cómo te sientes?
—Bien.
—No sé si has escuchado que es normal que al tomar esa posición te entre aire, así que no debes preocuparte por eso.
¿Aire?
—Coloca tus manos más adelante y déjate caer apoyándote en tus codos, deja tus rodillas igual, solo debes bajar de adelante —guarda silencio observándome— Separa más las piernas Vanessa.
Trago saliva y el cabello me cae hacia adelante, él camina alrededor de la cama y acaricia mi piel desnuda sin decir nada.
No puedo verlo pero siento que se ha detenido detrás de mi, unos segundos que me bastan para percatarme que quien suena en la radio no es quien esperaba, sus manos llegan a mis tobillos cuando repentinamente me agarra de allí y me jala hasta medio sacarme fuera de la cama, terminando por ubicarse entre medio de mis piernas, me sostiene de los muslos llegando casi a mis rodillas mientras me pega contra su pelvis.
Me quedo tranquila con los senos contra el colchón, él sigue de pies sosteniendo ambas de mis extremidades inferiores mientras mis brazos permanecen firmes en la cama y mi respiración va cambiando progresivamente con la canción, percibo como su glande roza mi entrada penetrándome sin ningún aviso, me agarra firme como si sus manos se unieran a la piel de mis muslos mientras me aprieta y me choca contra él, mis senos frotan en la sabana y el movimiento de su cuerpo contra el mío me humedece más, apenas puedo lograr permanecer sobre la cama, en cuanto se mantiene teniendo todo el control de la situación.
