Capítulo 58^

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Pitt

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Pitt

El sudor baja por mi espalda mientras recuento los errores, donde fallé y donde fuí golpeado, Maison y Laura son a los cuales no podría mirar a la cara ni mencionar sus nombres en voz alta si estuvieran presentes.

La primera imagen de extraños entrando a mi casa con esas palabras en sus labios.

El carril se ha roto y me ha dejado botado, varado en la nada y solo hay algo que llega a mi mente, —Su suave olor a vainilla— las lágrimas corriendo por su rostro es algo que no me perdono porque soy culpable y me disgusta el que las cosas hayan ocurrido así.

Mi día a día ha sido un infierno desde hace tiempo pero por la razón que ya no desmiento es la única que me hace sentir en casa.

No perdono el que me mienta, no importa cual haya sido la causa, una mentira es una mentira y los malditos secretos ya revientan en las caras de los que las han dicho y me decepciona que la suya haya sido una de ellas.

Una y otra vez siento el pesar de la traición, quema sentir tanta rabia contra los que quieres y saber que el estar cerca de ellos sería un detonante a mi ira.

Camino por el jardín cargando la pala y las semillas, saco la tierra con la herramienta y las manos, la tierra solía calmarme pero solo siento que hago un desastre de todo lo que toco, las manos me arder molestándome cada vez que intento cerrarlas, no me importa nadie más fuera de este lugar, ya no dejaré ni me preocuparé por aquellos allá, todo lo que quiero proteger está aquí.

—Este es el refugio de nuestro dolor— hablan a mi espalda y continuo metiendo la mano en la humedad, evito girar al sentí el tono roto de su voz —Nuestro hogar, ¿No es así Pitt?

Trago grueso limpiando el sudor de mi frente, el estrés que cargo no es poco y sé muy bien que ha llegado el momento.

—No quiero matar a nadie, haré y quiero que sufran, pero de verme arrinconado entre las dos opciones— guardo silencio— Conocerías otra parte de mi.

—¿Qué parte es esa?

Tomo las semillas echándolas todas en un solo lugar, me pongo de pies girando a verla con los ojos hinchados, estuvo llorando otra vez y ahora  me doy cuenta que yo he sido el culpable que he querido encontrar todo este tiempo.

—Dijiste que me aceptabas con lo que conocías y no de mi, así que no hagas preguntas Vanessa.

—Contesta.

Respiro lento.

—Si debo deshacerme de quienes atacaron a mi familia, lo haré, no hay otra respuesta.

—Deja de decir que es solo por tu familia, lo haces por ti, porque eres humano y te han roto, lo han hecho con todos y no hay nada de malo en admitirlo, no creeré que eres débil o que te resta el que me hables de las cosas, te lo he dicho pero no me escuchas, entonces ahora quizas ya sea tarde.

Conociendo lo prohibido ©️ (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora