VanessaMe alisto para ir a la oficina, hoy me gustaría intentar algo nuevo.
Abro el armario y veo una de las faldas que Anna compró para mi y la tomo junto a una camisa azul, últimamente ese color me gusta más de lo normal, pongo un poco de color rojo pasión en mis labios, desenredo mi cabello y colocándolo detrás de mis orejas, dejo ver un poco de mis pechos y la falda marca bien mi trasero.
Cualquier persona que pudiese leer mi mente creería que me alisto para ir a ver un chico.
Que estupidez.
Me coloco unos zapatos negros bajitos y tomo mi bolso junto a mi teléfono.
—Buenos días señorita —Anna se queda viéndome— ¿Oficina o casa de Pitt?
—Hablamos cuando salga de trabajar—le doy una sonrisa.
—Espera—se levanta—¿y qué hay del desayuno?
—No tengo hambre—abro la puerta—comeré algo más tarde.
—¿Estás segura? es muy raro que no comas.
—Lo estoy—cierro la puerta.
Hoy me siento entusiasta, es como si mi cuerpo lo ocupara otra persona, los pies me tiemblan y suelen escapárseme pequeñas sonrisas sin saber porque, el cardo de anoche me ayudó mucho, me siento como si nunca me hubiese intoxicado con alcohol, es como si la adrenalina se adueñara de mí. Tengo ansias más que nunca por llegar a la oficina, creo que ayer dejé mi escritorio hecho un desastre y quiero llegar antes que todos para arreglarlo.
Las puertas del ascensor se abren y veo todo el piso vacío, no es como si suelen haber muchas personas aquí, solo Pitt, Lisa y yo tenemos acceso al piso, o alguna otra persona, pero debe ser alguien muy importante para llegar hasta aquí, dejo mi bolso sobre mi escritorio y camino hacia la oficina principal, la puerta está abierta y paso solo para chequear que todo esté bien organizado. El escritorio de mi jefe a apenas tiene encima una laptop gris, un porta lápiz y algunas libretas al lado, no hay fotografías ni cuadros como suelen haber en algunas otras oficinas.
Me tomo el atrevimiento de sentarme en su silla, colocando los brazos sobre los apoyadores y dejando caer mi cabeza hacia atrás, esta oficina es tan grande, no entiendo cuál es su manía de tener los lugares espaciosos vacíos, cierro los ojos y empiezo a recordar la primera vez que estuve aquí, todo fue tan obvio y sombrío, hasta se acerco a mi para quitarme la torpe etiqueta que olvidé remover.
—¿Qué es tan gracioso?—Escucho una voz decir con cercanía.
Abro los ojos y lo veo ahí, justo a mi lado sentado sobre la mesa con los pies cruzados y una mano en el bolsillo.
—No era nada—digo sorprendía viéndolo a los ojos.
—¿Estás segura? pareces haber estado recordando algo importante—me da una sonrisa.
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Conociendo lo prohibido ©️ (Editando)
RomanceTRILOGÍA HÁBITOS INSACIABLES. (Libro I) Vanessa apenas empieza a separarse de la sobre protección y tabúes de su madre descubriendo así las tentaciones y emociones de la libertad. Pitt un joven empresario conocido por su arrogancia y mal temperamen...