VanessaNo entiendo muy bien lo que sucede más allá de lo que él sospecha, una niña que quizás alcanza la adolescencia se encuentra mostrándome su cuerpo y las marcas sobre el, lo cual es mucho más que un pecado ante los ojos de cualquier ser.
Aprieto mis dientes solo de imaginar lo difícil que tuvo que ser y darme cuenta que a pesar de que creamos que no aguantamos más siempre hay alguien que aparece y nos demuestra que la vida no es tan dura si ellos han tenido lecciones mucho más que severas.
Todas las personas y seres capaces de cometer este tipo de injusticia deberían ser eliminadas.
—¿Tienes hambre? —tomo asiento sobre la cama la cual permanece organizada pero al contrario de la otra no hay ningún juguete el cual tomar.
Niega con la cabeza tomando lugar al lado de la puerta.
—¿Quién te ha hecho esto?
Se muestra asustada.
—¿Lala es tu nombre?
—Si.
—Yo soy Vanessa —me pongo de pies llegando hasta ella— Y te juro que la vida es mucho más hermosa que estas cuatro paredes, un día, cuando tengas la edad saldrás de ellas y lo verás con tus propios ojos —tomo su mano— Hay muchas cosas que sé tú y todos los niños de aquí quieren hacer, y lo harán, recuerda que nadie, nadie, puede imponerte que hacer y hoy —limpio su rostro— Hoy es el día en el que comienzas a formarte como la mujer fuerte que quieres y serás.
Sus ojos se nublan y no me queda más que abrazarla, no sé que se supone deba hacer o decir, como había dicho antes no soy la indicada para hablarle de sus heridas.
—Antes de venir mi padrastro se acercaba mucho a mi cada vez que mi madre salía, me escapé y llegué aquí. —me sujeta con fuerza— ¡Por favor no le digas que estoy aquí! —pide solloza— No quiero volver allí.
—Mírame —le guiño un ojo— Nadie jamás volverá a ponerte un dedo encima sin tu consentimiento, pero a cambio de eso quiero que me digas una cosa más. ¿Puedes?
Muevo su cabello castaño hacia tras volviendo a limpiar sus mejillas enrojecidas.
—¿Me dirías como llegar a casa de tu madre?
—¿Por qué?
—No te preocupes, no hay nada más que debas temer, a cambio te daré mi número de teléfono y puedes llamarme cada vez que sientas algo extraño sucede, ¿Si?
—¡Lala! —alguien llama a la puerta alertándola— Soy Claudia, ¿Puedo pasar?
—¿Prometes que no les dirás sobre mi? —inquiere ella recreando su mirada a mi.
—Lo juro.
Se va por un cuaderno que saca de debajo de su almohada, busca un lápiz y escribe sobre un pequeño pedazo de papel que me entrega, lo acepto y a cambio le doy lo que le prometí, lo toma y reescribe sobre su mascota la cual vuelve a ocultar antes de cubrir su cuerpo y abrir la puerta.
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Conociendo lo prohibido ©️ (Editando)
RomanceTRILOGÍA HÁBITOS INSACIABLES. (Libro I) Vanessa apenas empieza a separarse de la sobre protección y tabúes de su madre descubriendo así las tentaciones y emociones de la libertad. Pitt un joven empresario conocido por su arrogancia y mal temperamen...