N/A: Muchas gracias a todos por leer y comentar... Al final serán 25 capítulos y el epílogo... Esta historia se acaba ya... La verdad es que reconozco que no es, ni de lejos, mi mejor historia... Aun así, ha sido un placer escribirla y he dado lo mejor que he podido... La semana que viene intentaré tener el último capítulo y el epílgo... Ya veremos...
CAPÍTULO 24: UNA FAMILIA
Blaine temblaba de emoción y de nerviosismo cuando llegó a casa después de que le dieran el alta. Sebastian había ido a recogerlo y estaban ya frente a la puerta de entrada. El más bajo dejó escapar un suspiro que hizo que su pareja lo mirara con amor.
– Tranquilo. – El castaño besó la mejilla del otro. – Ella te va a amar, es tu hija.
El moreno asintió aunque seguía nervioso. El ojiverde abrió la puerta y los dos entraron. Allí estaban Cooper y Anne, esperándolos con la pequeña Lily. Su hermano lo abrazó y él no dudó en responder el gesto. Sabía que todos habían estado muy preocupados por él y que habían ayudado a cuidar a Lily. Después abrazó a la señora Smythe, que le sonrió con cariño.
Después de saludar a todos, caminó hacia la pequeña cuna que había instalada en el salón para que la niña descansara durante el día. El ojimiel la miró dormir tranquila durante unos minutos. Era realmente hermosa, no podía creerse que esa pequeña fuera suya, tuviera parte de él. Sin embargo, la había sentido dentro de él y era fruto del amor que el abogado y él se tenían.
– ¿Quieres cogerla en brazos? – Anne ofreció.
– No me siento con fuerza todavía. – Anderson no quería poner en peligro a su pequeña
– Siéntate, te la llevo al sillón.
Blaine hizo lo que la mujer le pidió y ella le llevó a la pequeña que se despertó por el movimiento. Sin embargo, no lloró, sólo abrió sus ojos y miró con curiosidad a su alrededor. El papá la sostuvo por primera vez entre sus brazos con una sonrisa. Todos miraban la escena mientras el menor le decía cosas a su hija, la acariciaba y la observaba como si fuera el mayor tesoro en el mundo. Anderson besó la frente de su niña por primera vez y supo que no sería capaz de alejarse de ella. En ese momento empezaba su aventura como padre, una aventura que le daba miedo pero a la vez le ilusionaba. Estaba deseando compartir con ella todas sus primeras veces, su primera palabra, sus primeros pasos, la primera papilla, cuando le salga el primer diente...
Tanto Cooper como Anne tuvieron que marcharse dejando a los recién estrenados padres solos en su nueva aventura. Al principio les resultó complicado acostumbrarse a no tener ayuda, pero poco a poco fueron compenetrándose. Lily era una niña muy buena, aunque como todos los bebés comía cada poco tiempo y no dejaba a sus papás dormir mucho tiempo seguido sin tener que levantarse a darle de comer.
Era de noche y la pequeña comenzó a llorar. Sebastian tenía que ir a trabajar al día siguiente por lo que era Blaine el que se ocupaba de atenderla a esas horas. Cogió a la niña para sacarla de la cuna y se dirigió a la cocina. Preparó el biberón sin dejar a su hija y luego se sentó en una de las sillas para darle de comer. La niña siempre se dejaba un poco de leche sin comer pero no demasiada.
Después, los dos volvían a la habitación, el moreno dejó a Lily en la cuna y luego volvió a la cama. Sebastian lo abrazó por la cintura con delicadeza y volvieron a dormir.
Horas más tarde sonó el despertador del castaño. La pareja se levantó y mientras el abogado se duchaba el menor preparaba el desayuno mientras estaba atento a la pequeña Lily, que seguía en la cuna y a la que vigilaba gracias al baby-monitor.
El ojiverde entró con su hija en brazos para dejarla en una hamaca que tenían para ella, para poder llevarla por la casa si lo necesitaban. Después besó los labios del menor antes de sentarse en la mesa. Anderson puso un plato de huevos revueltos y bacon frente a su acompañante.
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Lo Que Quiera El Destino (Seblaine boyxboy)
FanfictionSebastian es un abogado de éxito que consigue un ascenso y decide mudarse a un apartamento mejor. Allí conoce a Blaine, un vecino diez años más joven que él pero que cambia su mundo... Porque a veces el destino elige por ti...