EPÍLOGO

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EPÍLOGO

Una chica de quince años lloraba bajo un árbol de Central Park. Estaba lejos de la vista de las personas que allí jugaban o paseaban. Su larga melena castaña caía suelta por su espalda, dejando que las ondas de sus rizos se mezclaran de manera desordenada. Estaba sentada, con sus brazos rodeando sus piernas y su cara escondida en sus rodillas. Un joven muy atractivo de su misma edad se acercó a ella. Tenía pecas en sus mejillas, cabello rubio y los ojos azules.

– Lily, te estaba buscando. – Eddie se sentó al lado de la ojiverde.

– Mis padres me lo han contado todo. Creo que yo era la única a la que no se lo habían dicho. – La castaña se secó las lágrimas con la manga de su chaqueta. No hacía demasiado frío pero no era un día excesivamente caluroso a pesar de que el verano se aproximaba.

– Lily... – El rubio se sentó a su lado y pasó su brazo por los hombros de la chica. – ¿Realmente no te había resultado extraño?

– Claro pero... No sabía que había hombres que podían quedarse embarazados... Si te soy sincera, siempre pensé que mi papá Bas había querido ser padre soltero y luego conoció al papá Blaine y decidió ser mi otro papá a pesar de lo joven que era. – La ojiverde miraba su anillo con tristeza, una joya que sus padres le habían regalado. – Nunca pensé que sería un "accidente".

– ¿Por qué crees eso? – Duval miró a su amiga.

– Papá Blaine sólo tenía dieciocho años... Sé que estaba en el instituto... ¿Quién planea ser padre a esa edad cuando quiere estudiar? – Anderson siguió llorando.

– ¿Y no has pensado en que tenía más opciones? Pudo haber abortado, pudo haberte dado en adopción... Sin embargo, decidió quedarse contigo... ¿Eso no te dice nada? – El ojiazul cuestionó. La chica lo miró confundida. – Todo lo que sé es que el tío Sebastian ha llamado nervioso a casa porque tú te habías escapado y el tío Blaine se había desmayado y se había golpeado en la cabeza al caer.

– ¿Qué? – Lily se levantó al escuchar esas palabras. Quería a sus padres y no podía pensar en perderlos.

– Vamos al hospital, mis padres han ido para hacerle las pruebas ellos aunque no les tocaba turno. – El rubio se levantó y agarró la mano de la chica.

– Gracias Eddie. – Dijo ella cuando comenzaron a caminar.

– ¿Por qué?

– Por recordarme que mis padres me quieren.

Los dos adolescentes llegaron al hospital y se encontraron a Sebastian en la sala de espera. El hombre se abrazó a su hija cuando la vio entrar. Lily sintió el amor que su padre tenía por ella y se sintió estúpida por haber dudado. Tal vez no planearon su llegada, pero eso no significaba que no la querían. Había visto la cantidad de fotografías de ella que sus padres habían hecho a lo largo de su vida. Había visto imágenes de ella muy pequeña con alguno de sus progenitores y el amor con el que la miraban. Saber que su papá Blaine había estado embarazado y adivinar que no había sido algo que ellos habían buscado la había afectado. Entendía por qué sus padres habían esperado para contárselo. Era una noticia difícil de entender y necesitaba tener madurez suficiente para asimilarla.

– ¿Cómo está papá? – La castaña preguntó. El adulto la miró con cariño. Reconocía tanto de él mismo en su hija, físicamente eran iguales y ella conservaba ese toque de rebeldía.

– No lo sé todavía. Nick y Jeff querían hacerle pruebas para asegurarse de que no es nada grave. – El mayor comentó mientras miró a Eddie con agradecimiento.

Después de unos minutos, Sterling llegó con una sonrisa. Eso tranquilizó a los tres que allí esperaban. Lo acompañaron hasta la habitación donde Blaine estaba sentado en la camilla, con la espalda apoyada en el respaldo que estaba elevado.

Lo Que Quiera El Destino (Seblaine boyxboy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora