CAPÍTULO 11: CONFIDENCIAS

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CAPÍTULO 11: CONFIDENCIAS

Los Warblers seguían bromeando en la cafetería, con Anderson muy atento a cada cosa que decían. El menor estaba entre Smythe y Sterling, como si fuera protegido por ellos. Le resultaba maravilloso ver como todos se aceptaban tal como son, sin recriminar nada.

– Blaine, ¿por qué no nos cuentas algo de ti? Soy un romántico por lo que el primer dato que quiero de ti es saber si tienes novio. – Wes preguntó. El menor se sonrojó, consciente de que en ese momento era el centro de atención.

– No, y tampoco quiero tenerlo.

– ¿Por qué no? – Jeff lo miró con una expresión extrañada.

– Después de lo que me ha pasado, creo que será mejor que espere un poco. Tal vez la universidad sea el sitio ideal para empezar de cero con mi vida amorosa. – El menor se encogió de hombros.

– Maldito Elliot. – Sebastian susurró, pero algunos de sus amigos lo escucharon.

– ¿Quién es Elliot? – El asiático preguntó.

– Mi... ¿Ex? – Anderson se quedó pensando. – No sé si lo puedo llamar así... No importa... No es nadie importante.

– No es importante pero te ha hecho daño, al menos el suficiente como para que no quieras volver a tener novio. – David intervino, aunque ignoraba el plan de sus amigos, él también había notado los sentimientos del castaño por ese joven. – Yo creo que sí ha sido importante para ti.

– Preferiría no hablar de eso.

– Tal vez te podamos aconsejar. – Thad intentó sonar muy amable.

– No hay nada que aconsejar. – Smythe interrumpió, consciente de que el tema era delicado y que a su amigo le incomodaba porque apenas conocía a los Warblers.

– Bueno, la verdad es que no se busca al amor, el amor te busca a ti. – Trent comentó, haciendo que todos se volvieran a mirarlo. Así era él, una persona tímida y callada pero que cuando decía algo, lo hacía con la total certeza de que no estaba equivocado. – A veces el amor está justo delante de nosotros y no lo vemos.

Wes y Jeff se miraron, iba a ser muy difícil juntar a esos dos pero lo intentarían.

La cena fue bastante animada. La mesa estaba elegantemente preparada, con el pavo relleno en el centro y un montón de aperitivos. La presidía el padre, con su esposa a su derecha y su hija a la izquierda. Al lado de la mujer se sentaba el menor mientras que los dos hermanos estaban juntos. Toda la familia Smythe se esforzaba para que Blaine se sintiera integrado. Al principio la conversación se veía forzada pero pronto encontraron un tema que a todos les interesaba, el pasado de Sebastian.

– Y se puso a correr completamente desnudo... ¿Cuántos años tenía? ¿Cinco? – Anne reía sin parar mientras contaba esa anécdota.

– Lisa todavía no había nacido, por lo que probablemente cinco. – Su marido estuvo de acuerdo.

– ¿Cuántos años tienes? – Preguntó el moreno extrañado.

– Veintidós.

– ¡Oh! No me lo esperaba... Pensaba que no había tanta diferencia entre Sebastian y tú. Creía que simplemente parecías más joven de lo que realmente eras. – El ojimiel se sonrojó.

– No te preocupes, no eres el primero en pensar que no hay tanta diferencia. Su edad mental se aproxima a los quince. – La rubia sonrió hasta que su hermano le tiró de la coleta. – ¿Qué te dije? – La joven le dio un golpe al otro en la pierna para defenderse.

Lo Que Quiera El Destino (Seblaine boyxboy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora