CAPÍTULO 20: EMPEZAR DE NUEVO

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CAPÍTULO 20: EMPEZAR DE NUEVO

Sebastian estaba limpiando el apartamento. Era domingo y era el día de limpieza. Acababa de terminar con el baño y la cocina, por lo que estaba en el salón. Desde que Blaine se había ido todo era más difícil. No sólo porque el moreno se encargaba de gran parte de las tareas domésticas, también porque lo extrañaba demasiado. Esa mañana le había mandado a Blaine los regalos, un lirio rojo que significa amor ardiente, una carta y otra caja con dulces.

El timbre sonó y pensó que serían Nick y Jeff, que habrían ido a visitarlo para que no estuviera solo. Agradecía los maravillosos amigos que tenía. Sin embargo, al abrir la puerta se quedó asombrado. Anderson estaba frente a él, con las mejillas un poco rojas por la vergüenza y con las tres flores en la mano.

El castaño sonrió, no sabía qué decir. Amaba a ese chico que sujetaba su vientre constantemente. Le encantaba ese gesto, era como si protegiese a la niña, como si ese fuera su tesoro más preciado.

– ¿Vas a dejarme pasar? – El menor preguntó con una expresión seria en la cara.

– S-Sí, claro. – El ojiverde se hizo a un lado y el moreno entró en la casa. – ¿Quieres algo? Algo de beber o de comer...

– Quiero hablar contigo. Nada más. – El más bajo aclaró.

Los dos se sentaron en el sillón a cierta distancia. Se miraban a los ojos pero no sabían qué decirse. El mayor deseaba pedirle perdón otra vez, decirle que lo amaba y que no volvería a cometer ese error. Por su parte, el ojimiel pensaba en cómo dirigir esa conversación para aclarar todo lo que tenía que decir.

– ¿Te han gustado los lirios? – El abogado preguntó.

– Me han encantado pero... ¿Por qué lirios? – El estudiante quiso saber.

– Te gustan los lirios, ¿no? Además, todos llevan mensajes muy adecuados y románticos. – El más alto se encogió de hombros.

– Sí, bueno. Pensé que era por la niña. – Anderson evitó la mirada del otro.

– ¿Qué tienen que ver los lirios con la niña? – El corazón de Smythe latió con fuerza. Por fin iba a descubrir lo que había intentado decirle Brittany. Estaba deseando que llegara ese momento.

– Se va a llamar Lily Anderson. – Aclaró Blaine.

– Lily... – Sebastian susurró, pensando que era lo más hermoso que jamás había escuchado. – Me encanta.

– Me alegra que te guste... Seb, hay otra cosa que tengo que contarte. – El moreno miró al otro con temor pero el castaño no se dio cuenta. Había perdido cualquier parte de cordura al escuchar al menor llamarlo de una manera tan familiar... Seb...

– Te escucho.

– El bebé sí es tuyo. Eres el padre de Lily. Te mentí porque no quería que estuvieras cerca de ella, me había dolido tanto que te acostaras con Kurt... – Las lágrimas caían por las mejillas del joven. Su llanto se intensificaba mientras abrazaba su vientre. Volvía a sentirse mal consigo mismo por la mentira y mal con el otro por la infidelidad.

– Blaine, tranquilízate. No es bueno que te alteres, recuerda lo que pasó la última vez. – El ojiverde agarró al otro por los hombros. – Por favor, respira y relájate.

El más bajo cerró los ojos y se concentró en respirar. Tenía que tranquilizarse por el bien de su niña. Las manos del otro bajaban y subían por sus brazos, intentando transmitirle algo de serenidad.

– ¿Mejor? – Smythe preguntó cuando el otro abrió los ojos. El ojimiel asintió tímido.

– Lo siento, todo esto es difícil y...

Lo Que Quiera El Destino (Seblaine boyxboy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora