CAPÍTULO 12: LA VIDA CAMBIA EN UN SEGUNDO

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CAPÍTULO 12: LA VIDA CAMBIA EN UN SEGUNDO

Finales de enero llegó sin cambios en la vida de Sebastian y Blaine. Seguían en ese punto indefinido de su relación en la que no eran más que amigos pero tenían relaciones sexuales. A pesar de que el menor no era muy experto en la amistad, no estaba seguro de que la definición fuera la correcta, los amigos no se acuestan juntos. Sin embargo, el castaño no permitía que las cosas fueran más allá porque temía dañar al estudiante.

Jeff y Nick estaban desesperados. Sus intentos de que uno de los dos reconociera sus sentimientos frente al otro no daban frutos. Les preocupaba la negativa del mayor a intimar más con el joven. Entendían el miedo, sabían que el pasado amoroso de Smythe había sido doloroso y para él, Anderson era alguien a quien proteger, no a quien dañar.

Esa mañana, Blaine se levantó y fue directamente al retrete. Era el tercer día seguido que se levantaba y vomitaba. No lo entendía, no le había pasado nunca antes. Sentía nauseas, algunos alimentos le daban ganas de vomitar con sólo olerlos, había momentos en que se sentía cansado y mareado e iba con más frecuencia al baño. Sin embargo, intentaba aparentar normalidad.

Se sentó a desayunar junto a Sebastian y éste le dio una taza. El menor comprobó que le había preparado una infusión de manzanilla.

– Nada de leche o café si tienes el estómago mal. ¿Llamamos a Nick para que te haga unas pruebas? Tres días seguidos ya no es algo que te haya sentado mal. – El castaño lo miró serio.

– Estaré bien. No es nada, tranquilo. – El moreno intentó parecer despreocupado.

– Blaine... Me preocupo por ti. Creo que deberías saltarte las clases e ir al médico. Yo hoy no tengo mucho trabajo por lo que puedo llamar a la oficina y decir que llegaré más tarde. Te acompaño al hospital, Nick te hace algunas pruebas, te diagnostica y yo dejo de preocuparme. – El ojiverde insistió.

– ¡Está bien! Me ducho y vamos.

Jeff estaba esperándolos en admisión. Sebastian lo había llamado para decirle que iban y el rubio se había mostrado inquieto. Estaba de acuerdo con su amigo y debían asegurarse de que todo estaba bien. Los acompañó a una sala y allí estaba Nick esperándolos. El enfermero ayudó a su amigo para que se pusiera la bata del hospital y se tumbara en la camilla. El menor contó todos los síntomas que tenía, haciendo que Smythe se sintiera molesto porque le había ocultado cosas. Duval se puso los guantes de látex. Comenzó presionando la zona del vientre del joven, buscando alguna anomalía. No sintió nada extraño. Después le pidió a su marido que le sacara sangre para una analítica completa mientras rellenaba el formulario para el laboratorio.

Una enfermera se acercó a Nick y le dio un sobre. El doctor agradeció mientras sonreía, le gustaba ser amable con sus compañeros de trabajo. Así era más probable que todo funcionara bien. Miró el sobre, en él ponía Devon Anderson. Bueno, sus compañeros de laboratorio habían confundido el primer nombre de Blaine con el segundo, no es un gran problema. Sacó el folio que había en su interior y lo leyó. De echo, lo leyó dos y tres veces. No podía creer lo que ponía, esos resultados debían estar mal. Pidió que los repitieran, no podía ser.

Sterling tenía unos minutos de descanso y había ido a ver a sus amigos. Bebía de un vaso de plástico cuando Nick entró acompañado por otros dos médicos, un hombre y una mujer. El rubio los miró extrañado.

– Jeff... ¿Puedes traer el ecógrafo? – Pidió ella. El enfermero asintió y salió de la sala.

– Blaine, vamos a hacerte otra prueba. No tienes que preocuparte, no va a doler. – El doctor que no conocían aclaró mientras los tres se preparaban.

Lo Que Quiera El Destino (Seblaine boyxboy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora