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Leyes de piedra y ceniza: mi primer viaje.

Cerré mis ojos esperando el dolor, pero un sonido de un vidrio quebrandose me hizo abrir mis ojos. Había una espada a milímetros de mi nariz, pero tenía el grabado de un tiburón en la hoja. Era plateada y detalles rubí en el mando.

Unas manos pálidas y firmes la sostenían, había cortado el arma de mi oponente y los trozos quedaron esparcidos en la arena.

— Junghyun... — le llamé cuando recobré mi respiración. — ¿Que está pasando?

Él no me dirigió palabra, solo se levantó de su rodilla para dejarme sentada en suelo. Colocó su propia capa encima de mi cabeza y yo inhalé su olor cuando recién era consciente de mis lágrimas.

Tomo a mi oponente del cuello y yo lo vi inquieta, nunca lo había visto tener una disputa cuerpo a cuerpo.

Pero el contrario solo temblaba con sus pies a centímetros del suelo, diciendo cosas irreconocibles en su idioma. Vi el cielo azul cargarse de nubes y me apoyé en mi mano sana para ver el panorama.

— Isie, ¿estas bien? — Namjoon estaba a mi lado, agachado y su cabello castaño se pegaba en su frente por el sudor. — vinimos tan rápido como pudimos...

— ¿Dónde está Taehyung?

— ¿Taehyung? ¿Él estaba aquí con ustedes?

Mire más a mi alrededor, no puede ser... este no era territorio de alienígenas.

No tenía la menor idea de donde estaba.

— Junghyun.... Junghyun, no lo mates. — le dije cuando vi sus intenciones de acorralarlo contra un árbol. — eso es lo que quiere.

— No lo haré.

— ¿Entonces?

Namjoon dejo mi lado para acompañarlo a ese árbol.

— Es increíble... ni siquiera tiene miedo en sus ojos. Lord Jeon, de esto le estaba hablando. No ha pasado solo con nosotros y ya todas las aldeas tienen al menos un caso.

— En el océano no.

— Bueno... las aldeas de la superficie.

Junghyun lo vio como si fuera un bulto de basura y lo estrello contra el suelo a los pies de Namjoon como si no fuera gran cosa. Sin mediar palabra volvió a donde estaba y me ofreció su mano.

Estaba furioso, no, estaba a punto de explotar.

Pero no lo mostraba en su rostro ni le importó mucho al recoger mi arma del suelo para regresármela. Namjoon hablaba hasta por los codos de cuanto lo sentía, pero él no le escuchaba o al menos no quería hacerlo.

— Hyunie. ¿En qué piensas? — murmuré cuando estuvimos alejados y su respiración aumentaba levemente.

— En nada.

— No es normal... lo juro que solo era un duelo común, yo tenía mis sospechas desde hace meses, pero no esperaba que fuera tan directo en sus ganas de matar-

No terminé la frase porque el sorpresivamente paso su brazo por mi espalda pegándome más a su costado y regresamos al lugar donde estábamos antes.

Taehyung estaba de pie mirando un punto en blanco.

En cuanto escuchó nuestros pasos no dudo un segundo en correr hasta derribarme con sus brazos. Descubrió mi rostro debajo de la capa para detallarlo con sus ojos café.

— Iseul, Iseul, ¿estas bien? ¿Estas lastimada? — su voz salía nasal y unas cuantas lagrimas ya se habían secado en su rostro.

— Taehyung...