Domesticar

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— Taehyung-ah, ¿qué haces ahí?

Alejé mi mirada del horizonte para agachar mis ojos.

En el suelo el abuelo me veía con curiosidad, su cabellera blanca luciendo transparente entre los pocos rayos de sol. Su traje estaba impecable como si recién hubiera bajado del bote.

— Pensar.

— Si piensas tanto te van a crecer flores en la cabeza.

Sonreí emocionado.

— Iseul amar flores. — me defendí y bajé a una rama más baja.

— Necesito que hagas algo por mí. — yo salté y aterricé frente a el, era tan pequeño como su nieta. — el hijo de Lee está enfermo y necesito un asistente.

Yo me preocupe un poco por el menor.

Había visto como las parejas de la aldea de humanos se habían unido, habían tenido hijos y yo ahora me sentía un poco triste. Ya no tenía edad para jugar con ellos según Yuseob. Aunque a veces paseaba con ellos, comprendí lo que decía.

Ya ese capítulo lo había leído en uno de los libros que me regaló Iseul.

Lo acompañe en silencio intentando no pensar mucho en ella, me pidió no pensarla mucho y que no quería encontrarme en el mismo lugar. Cerca de la orilla donde la esperaba.

Yo debía demostrarle que había madurado todos estos años.

— Abuelo. ¿Iseul venir este verano? — le pregunté ofreciendo mi brazo como bastón.

— Ya pasó el verano.

— Pero... tres veranos cada año.

— Taehyung-ah, solo ha pasado un año desde que se fue. — agaché mi cabeza avergonzado. —y solo hay un verano al año. Esta muy ocupada con sus pacientes... ¿leíste lo último que te escribió?

Yo puse mi mano en el bolsillo de mi pantalón, cargaba su última carta a todos lados.

— Solo hablar cosas lindas, pollo frito, motocicleta, café.

— Sí, entiendo... tu correspondencia debe ser más especial que la mía.

Yo reí tímido atravesando la aldea humana.

Caminamos entre la plantación de tomates hasta la casa de Lee. También quería leer la carta a su abuelo, estaba prohibido, pero ahí le contaba más cosas reales. Solo me hablaba de lo lindo de sus días... pero ella misma me había dicho que el mundo fuera era muy oscuro y malvado.

Si es así, ¿por qué regresaba sola?

Su tío me dijo que éramos parecidos, que ella se había adaptado a esa oscuridad tanto como yo me había adaptado a mi vida aquí en la aldea. Pero yo también necesitaba mi tiempo fuera. ¿Cuándo ella tendría su mismo tiempo?

Los demás tenían cierto lenguaje secreto que nunca lograba entender... por más que me esforzaba no lo lograba.

Y sin Iseul aquí era más fácil sentir que no pertenecía en ningún lugar.

— Taehyung-ah, hoy es luna llena. — el anciano preparaba su medicina y yo jugué con las flores entre mis manos. — puedes regresar a la manada... pero necesito que regreses antes que termine la semana para que lleves un encargo a la montaña.

— ¿A Yoongi hyung?

— No, sus padres.

— ¿Yuseob-nim? Regresar. Pronto. — Murmure nervioso.

No quería dejar al abuelo solo por tanto tiempo, sobre todo con sus últimas dolencias.

—Taehyung-ah, solo hazlo. No te detendré esta vez.

𝕮𝖗𝖚𝖘𝖍 εїз KTH⁴Donde viven las historias. Descúbrelo ahora