Bendicion o Maldicion

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— ¿Es aquí?

Yuseob detuvo el auto frente a una gran casa de campo, rodeada de pequeños anexos, las calles con unos niños llenos de curiosidad. Era una comunidad pequeña en una costa de Suiza.

— Sí, el internado donde se quedó Iseul queda a unos pocos kilómetros de aquí.

— Creí que me llevaría ahí primero.

— Ahí solo aceptan mujeres, Tae. Aquí vive alguien de nuestra confianza... seguro podrá ayudarte con tu caso. — la madre de Iseul fue quien me respondió desde el copiloto. — bajemos para que puedas calentarte con una taza de chocolate.

— Estaré bien, gracias por acompañarme.

— No es nada... viajar tan lejos no es lindo si lo haces solo.

Algo se removió en mis entrañas bajando del auto, Iseul hizo este viaje por sí misma cuando recién tenía quince años. Yuseob y su madre guardaban más secretos que Iseul, pero sus auras eran bastante confiables tanto como la de ella. Yo no fui en busca de su ayuda a mis dilemas, ellos mismos se ofrecieron a llevarme con un experto.

Temía volver a ser una carga para Iseul o alguna otra persona en Seúl, sobre todo después de lo que pasó.

Fue difícil, creo que manejé de vuelta a esa casa tres veces antes de que Yuseob me cerrara el camino. Separarme de ella fue como si alguien tomara cada poro de mi piel para arrancarlo y quemarlo en una hoguera, siempre estuve acostumbrado a ser dejado atrás, pero el acto de dejar a Iseul en esa casa sola me conmovió demasiado. Si ella sentía siquiera una parte de cómo me sentía yo, entonces todos estos años dejándome en Quelpart tuvieron que lastimar su corazón de forma irreparable.

Veía su rostro cada vez que cerraba mis ojos, indefensa y rota de tantas cosas que habían lastimado su alma. Es como si ella no viera otro mañana y yo no soy tan valiente... soy un cobarde que no puede volver a construirle un futuro yo solo.

— Taehyung-ah, quita ese rostro. Ella estará mejor ahí. — Yuseob me dio un leve codazo a mi lado.

— ¿Y si no quiere hablarlo con Gyeol noona? ¿Con quién va a hablar como se siente?

— Ahora tiene más amigas que antes... alguna podrá sacarles las palabras a las malas. Es una mala genética, no somos de mucho hablar sobre nosotros.

Yuseob se encogió de hombros y toco la puerta de madera.

Un hombre respondió desde adentro, luego abrió la puerta lentamente para dejar ver una cabeza canosa. Una barba corta y ojos rubí. Era bastante anciano que incluso tenía un bastón en su mano derecha. Sin embargo, sus palabras seguían siendo claras y fuertes como si se tratara de un hombre maduro.

— No creí que mi siguiente estudiante llegara tan rápido.

— Fue un evento desafortunado que lo trajo aquí... espero pueda aprovechar de todo lo que tiene por enseñarle. — el alemán de la madre de Iseul era bastante fluido. — es un poco tímido al comienzo. Tae, preséntate. ¿sabes hacerlo?

— Hola, soy Kim Taehyung. Me gusta la carne y no me gusta la cerveza.

Recite lo que le decía a Iseul en alemán para hacerla sonreír orgullosa.

Aquí en cambio soltaron una carcajada cuando termine mi frase metódica, incluso Yuseob que nunca reía dejo salir una risita. El hombre abrió más la puerta para hacernos pasar.

— Soy John. Puedes llamarme así o maestro, no me gusta otro honorifico. — el hombre dijo en coreano.

Seguía teniendo un poco de acento.

𝕮𝖗𝖚𝖘𝖍 εїз KTH⁴Donde viven las historias. Descúbrelo ahora