El otro lado de mi soledad

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— Isie, ¿tener que usar zapatos?

Taehyung se quejaba por centésima vez de su nuevo estilo, aunque había conseguido unas zapatillas bastante cómodas el insistía en que no las necesitaba.

Yo peinaba su cabello que hace tiempo tampoco peinaba.

— Sí, es peligroso si no lo usas. Puedes lastimarte.

— Pero-

— Ya hablamos de esto, Taehyung. Puedes usarlos como quieras... no me molesta que los uses de manera incorrecta. — le sugerí dejar sus talones afuera.

Al menos así no sentía que sus pies iban a explotar.

— ¿Iseul manejar motocicleta? — preguntó emocionado cuando a lo lejos vio las casas y edificios de la costa. — yo querer ir a Gamcheon, café, samgyeopsal, pollo frito.

— Será otro día, hoy solo nos quedaremos con mi abuela en Gamcheon. Mañana iremos a Seúl.

— ¿Por qué?

— Porque tengo unos compromisos urgentes.

No quería decirle porque Nanhee había desaparecido y Dojin estaba a punto de morir a causa de su tumor. Que podía escuchar una voz diciéndome que si no me apresuraba perdería mi oportunidad.

Al llegar no dudo un minuto en bajar los escalones al muelle.

A diferencia del día en que me fui, había pocas personas en la playa y el clima estaba un poco más nublado. Solo había dos personas esperando por mí en el puerto.

Raeki, la asistente de Jungkook y Yuseob que fue derribado de un abrazo de Taehyung.

Ambos hombres hablaron en su propia burbuja mientras Raeki se inclinaba con respeto.

— Sean bienvenidos, lady Yan. — alzó su cabeza y vio detrás buscando a alguien. — ¿Lord Junghyun no vino con usted?

— Me prometió venir muy pronto pero no le digas a Jungkook.

— El pueblo de Busan siempre estará en deuda con usted, mi Lady.

— No, yo también les debo mucho. — incliné mi cabeza y centré mi atención en Taehyung quien seguía viendo todo como un niño. — Taehyungie, ven aquí, quiero que conozcas a alguien.

El camino de vuelta a donde estaba tomando mi mano con fuerza y su mano libre la extendió a la peli rojo.

— Kim Taehyung.

— Sung Raeki. — ella le correspondió y vi un deje de sorpresa en sus pupilas negras.

Me miró con miles de preguntas atascadas en su garganta, seguro le parecía demasiado familiar los ojos y lunares de Taehyung.

Su piel casi canela, nariz respingada y delicadeza eran virtudes de su futura reina.

— Raeki vive debajo del mar, en este océano. Nos viene a saludar. — le explique a Taehyung que solo asentía mientras caminábamos hasta el parqueadero. — nos acompañara a Seúl... puedes confiar en ella tanto como en Moonbin.

— Usted parece sirenita.

Raeki se rió tímida mientras se quedaba detrás de nosotros aun presa en el pánico.

Si así reaccionaba la persona más serena del océano de Busan, no quería ni imaginar la reacción de Jungkook al conocerlo.

Mi tío Yuseob subió el equipaje en su auto y después de despedirnos de Raeki emprendimos por las calles.

— Isie, no sabía que Taehyung vendría contigo. — mi tío murmuró mientras me colocaba el cinturón.

Taehyung iba detrás inmerso en todo lo que veía.

𝕮𝖗𝖚𝖘𝖍 εїз KTH⁴Donde viven las historias. Descúbrelo ahora