Llamado de emergencia

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— Doctora Yan, ¿eso que es?

Hice una mueca de tristeza, ninguno de los internos a mi cargo entendía mis dibujos.

— Lo siento... mis habilidades para el dibujo son limitadas.

— Puedo intuir que es el hipotálamo. — una de las internas me defendió y yo sonreí. — la próxima semana puedo traer mi proyector, doctora Yan.

— Esta bien, está bien, prometo incluir mejores imágenes en el examen. — todos quedaron en silencio y pude terminar mi catedra sin problema.

Entre las llamadas a urgencias, las clases como catedrática y las visitas alienígenas ya muchos estudiantes de medicina apresuraban sus estudios para graduarse. Diariamente recibíamos al menos tres ataques de seres fantásticos, si no eran los dragones del sur, eran los alienígenas resentidos o cualquier cosa demente que se escapó del Área 51.

Me preparé para terminar mi turno al llegar la noche, hice la última ronda y dejé a cargo a las enfermeras durante la noche con las recomendaciones. No había hecho muchas amistades y tal vez porque ya todos sospechaban que tenía influencias.

No me gustaba eso, que todos creyeran yo usaba mis contactos para ganarme un lugar, simplemente no entendían todo el tiempo que pasaba fuera del hospital lo reponía en horas extras o con trabajos más exigentes. Sí, es verdad que al mes tenía que pedir un permiso para descansar o atender una emergencia en otro lugar, pero al menos creía en mi trabajo diligente.

Me cambié a mis ropas y justo cuando acomodaba mi blazer alguien entró.

— Isie, ya todos esperamos abajo. — la voz profunda de Taehyung hizo eco.

— Ya casi termino. ¿Qué tal me veo?

Aleje mis brazos de mi torso un poco para dar la vuelta, usaba una falda short corta a cuadros a juego con mi blazer. Una camisa corta y justa en mi pecho. Unas botas negras que Dojin me había regalado y me había aplicado un poco de maquillaje ahumado.

— Sexy.

— ¡¿Por qué usas esa palabra?!

— ¿No puedo? Te ves sexy. — empezó a sonreír a un lado mientras colocaba sus dedos en la parte de mi vientre que estaba expuesta. — quisiera tenerte solo para mi hoy... qué lástima que ya hayamos invitado a los demás.

— Na-nadie había usado esa palabra para describirme... es extraño.

Era verdad, solía escuchar, adorable, inocente, linda e incluso lujosa.

¿Pero sexy? Ni en un millón de años podía compararme con esas mujeres como Dojin que con una simple mirada inspiraban una historia subida de tono.

— ¿Nunca te lo había dicho? Mi culpa, su alteza. Es la mujer más sexy pisando esta tierra.

— Taehyung...

— Piensa en esto, tienes el don de parecer inocente y culpable al mismo tiempo. Lo mejor entre adorable y sensual... sin duda, su alteza, es la mujer que ni siquiera cabe en mis sueños. — inclino su cabeza para dejar un beso en mis labios y otro en mi nariz.

— Gracias, en serio.

El asintió una vez tomándome de la mano para salir de ahí.

El me conocía de memoria, mis puntos débiles y mis inseguridades que escondía con risas. Había querido lucir madura, aunque eso no fuera parte de mi closet. Por primera vez quería sentirme como una mujer de mi edad y no como una ñoña que se queda en casa o en el trabajo usando blanco hasta los talones.

Aunque me bastaba conmigo misma, a veces necesitaba que alguien más me recordara que no todo es sufrir. Al llegar al estacionamiento cuatro cabezas giraron a vernos.

𝕮𝖗𝖚𝖘𝖍 εїз KTH⁴Donde viven las historias. Descúbrelo ahora