CAPITULO 24

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Mis pulmones estaban llenos de incienso así como la habitación de la soñara del apartamento, mientras yo tomaba un poco de café y ella prendía unas velas para realizar una tirada de cartas. Estaba aprendiendo a perder el miedo a todo aquello de la mágica y más ahora que buscaba una cura para mi hermana, aunque claro, esta vez no venia para eso. Rápidamente saco tres y me miro fijamente, podía ver como sus lentes se le resbalaban lentamente sobre su nariz y solo solté un suspiro antes de que empezara a narrarme la situación.

—Este chico... tiene bastantes jovencitas detrás de él, aunque al parece a la única que elige es a ti— dijo. Me sentí fatal por lo mal que me había comportado hace unas horas—. Es muy carismático, amoroso y trabajador, creo que esta pasando por una situación algo difícil, pero...

Ella discernía algo en su mente que yo estaba loca por saber y me acerque a la mesa para escuchar mejor.

—¿Pero?— repetí al no contenerme, quedándome en silencio con preocupación- 

—Mira esta carta— la señalo con su dedo índice— La persona que esta por encima del niño, tiene cuerdas con nudos entre las manos que los enredan a los dos. Hay algo que lo esta manejando, como... si el fuera un títere ¿sabes? 

—¿Títere?- fruncí el ceño, no muy convencida de sus palabras. Álex no podría ser controlado por alguien- ¿Quiere decir algo así como la película de pinocho?  Claro, no va a concursar en un circo pero de algo tiene similitud ¿Cierto?

—Exactamente, sólo que en esta ocasión no hay hadas mágicas que puedan ayudarlo.

Baje la mirada hacia el poco café que quedaba en la taza. No estaba comprendiendo nada, hace unas horas cuando salí de la escuela y me lo encontre en las escaleras, no tenía signos de gripe o temperatura. ¿Qué estaba sucediendo? ¿Acaso tenían un virus que probablemente era contagioso?. La señora carraspeo y al verme tan confundida decidió hablar de nuevo.

—Quiero decir Emma, que... alguien esta manejando su energía, tal vez esa misma persona tenga que ver con el caso de tu hermana. Hay coincidencias.

Tome el ultimo sorbo- este era amargo para mi gusto, pero no tanto como para darme arcadas-. ¿Cómo era posible que fuera similar? ellos dos eran como dos polos iguales, se repelían siempre que se encontraban. Aunque lo cierto era que Harper pudo haber ocasionado este dilema por lo que había sucedido aquella noche, era la más sospechosa. 

—Mi hermana desde siempre lo a rechazado y no le gusta que este cerca de él. No obstante, no haría nada para dañarlo

—No estoy diciendo que ella haya sido, sino alguien que sabe de hechicería, incluso pudo haber sido uno de sus enemigos.

—Es que dudo que los tenga.

—Piensa con tranquilidad— meneo la cabeza y me dedique entonces a pensar en cada persona que conocía de la universidad o de sus amigos. Álex era un joven muy sociable y dudaba que alguien quisiera dañarlo. 

Jack y los otros chicos eran muy buenos, los había visto como en la cafetería jugaban fascinados, como si fueran una segunda familia, nunca intentarían alguna situación macabra para dañarlo, inclusive lo ayudaron cuando su mamá falleció, recuerdo que en esos días se la paso casi un mes en casa ,  llorando hasta el amanecer. Deje ese asunto de lado y me dedique a pensar en sus compañeros de la predatoria, según lo que me contaba, se ayudaban a pasar los exámenes y las tareas haciendo grupos de estudio con algunos acordeones bajo la manga, aunque tras su ultimo año, ellos se mudaron a Argentina comunicándose así por videollamada.

Eso era lo único que se me venia a la mente porque a veces cuando Álex quería pasar tiempo conmigo Harper lo alejaba. Pero entonces en ese momento, recordé a un grupo de personas que probablemente estarían más que presentes.

Sonidos del mar (1 libro)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora