CAPITULO 27

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La carretera no estaba despejada para nuestra suerte y al pasar del callejón hacia la carretera, se armo un caos horrible. Los carros más cercanos recibieron unos rayones de mi parte porque no tenía esa habilidad aprendida de conducir, así que en algún momento casi me estrellaba con un poste, pero hice una maniobra para girar.  El viento se colaba por la ventana rota y hacia volar mi cabello y mis manos se encontraban en una temperatura muy baja a pesar de que me habían salido chispas. ¿Cómo era posible que podía hacer eso? ¿Desde cuándo?  ¿No era el recuerdo de una vaga película que había visto en el 2016?. Mis ideas estaban revueltas y cada vez que intentaba crear una cronología, me surgían más dudas.

-Pellízcame si esto no es un sueño- me dijo de repente Kim pensando en lo mismo que yo, en una fantasía. Hice lo que me pidió y dio un respingo con un alarido de dolor-. No era tan fuerte estúpida. 

-No fue mi culpa- ahogue una risa-.  Ya vez que esto no es un sueño y que tu hermana esta manejando un auto que no es de ella. 

-Lo entendí bien- fricciono su mano en el brazo que lo había lastimado y me miro mal-. Tal vez busquen este auto con la matricula y te arresten.

Frene el auto de imprevisto por su comentario cerca de la acera.

-¿Crees que estamos como para estas tonterías? si tienes una mejor idea busca ayuda como lo intentaste hace un instante.

Trono la boca y negó con la cabeza, sabia perfectamente que por su culpa estábamos en este lio. Ahora ni si quiera podía pedirle ayuda a Peter. Lo haría, sin embargo no quería molestarlo porque quizá esto resultaría peor de lo que ya estaba y Álex... ni se diga. Me dejo claro que ya no quería que me acercara a él.

-Ya, ya, ya. Es cierto, yo lo arruine. Te lo compensare después. 

Le hice un mojin de que ya se callara, y aproveche para le revise el brazo sin su permiso ya que el hombre se había quedado atrás, le retire un poco la tela de la blusa que estaba tiesa gracias a la sangre seca y la luz de la lampara y de una tienda de comida rápida, me ayudo a vislumbrar que solo era un rasguño no tan profundo. Se quejo de dolor y viendo más de cerca no había cerrado, aún estaba fresca y decidí seguir manejando como podía hasta encontrar una farmacia. 

-¿Harás una sutura en el brazo?

-Te lo cortaré.

-¿Qué?- grito con un dolor de pecho y negué con la cabeza divertida

-No- le dije sin despegar la vista de la carretera-. Solo necesito limpiarla, ponerle antiséptico y una venda que comprare en una farmacia. Oh, mira, ahí hay una.

Señale con alivio, busque si en alguna parte del auto había una cartera porque casi no llevaba dinero y entre todas las baratijas viejas que guardaba, halle una. 

-Bingo- le mostré que había doscientos dólares y rio con satisfacción-. Vengo en seguida antes de que pase algo.

Sali del auto y cerré la puerta. Corrí hacia la tiendita de medicamentos y al instante la luz me produjo una ceguera momentánea. Busque el área de cosas para botiquín y tome varias, al final teníamos doscientos dólares y podíamos aprovecharlos bien. Todo estaba listo, algodón, , jabón quirúrgico, vendajes, gasas, una botella de agua y ... faltaba el antiséptico. Mire con las manos llenas de cosas hacia el pasillo contrario para tomarlo, pero en eso el vendaje se callo al suelo y cuando me incline para recogerlo, alguien lo hizo primero. Conocía esa manicura a la perfección.

-Toma, se te ah caído- dijo Lara gentilmente. Mi corazón se altero. No debía dar sospechas de que algo estaba sucediendo y entonces solo sonreí para poder dar un paso hacia el frente para tomar el frasco que me faltaba y continuar caminando hacia la caja.

Sonidos del mar (1 libro)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora