Me frote los ojos para desaparecer la luz amarilla que dañaba a mis ojos, pero lamentablemente no podía irse. El sol me había jugado mal por haber salido tan rápido, me gire y me quede de costado con la cobija sobre la cabeza para dormir más, aunque con los gritos de nerviosismo de Harper que hacían eco en mi habitación, tuve que sentarme en la cama refunfuñando adormilada.
Escuche unas pisadas por las escaleras. Seguramente era Kim o papá con sus periódicos, pero cuando mi hermana abrió mi habitación de repente, descarte la idea y mi corazón latió aceleradamente por la impresión.
—Me alegra que ya estés despierta— sonrío mientras cerraba la puerta por detrás de ella y se acercaba a mi, llenando el ambiente con su perfume floral que llevaba impregnado su vestido color salmón de tirantes.
—De hecho estaba dormida, pero escuche ruido en la parte de abajo ¿Para que tanto alboroto?— pregunte con la voz floja y los parpados caídos, me sentía un poco mareada por cortar de tajo mi ensoñación.
—Ay Emma, no te cansaras de preguntar— Harper miro al techo con esperanza de que yo comprendiera todo y que jamás volviera a cuestionarle nada, pero eso era imposible, yo tenía un montón de dudas sobre su bonito vestido y las vecinas nuevas. ¿Qué cosa les había visto para que se ilusionara de esa manera?.
—Es que no entiendo nada en estos momentos, compréndeme, acabo de despertar— me talle la cara excusándome.
—Si, si, claro— rodo los ojos para luego caminar hacia mi armario y coger algunos ganchos con ropa para que me vistiera. Me sentía algo extraña por tener a Harper en mi habitación y en ayudarme a escoger la ropa porque nunca lo hacia.
— ¿Qué te parece esta?— pregunto mostrándome la prenda, mientras tomaba dos ganchos más con la otra.
—Creo que es bonita— conteste algo indiza por no saber muy bien si debía usarla. Era un vestido amarillo con bordado en la orilla que lo había usado el verano pasado en el aniversario de mis padres, no me gustaba, pero mamá me obligo a usarlo en su día. Los hijos de los amigos de mi padre me habían pedido repetidas veces mi numero, por lo que jamás volví a usarlo para salir. La ropa holgada y pasada de moda me acomodaba bien. Esta vez mi hermana tenía que ser la protagonista de la casa, así que no me importaba la verdad que usar.
—Mmm... mejor ponte esta, se ve mejor— dejo el gancho del vestido en el armario, descartándola por una blusa rosa pastel de tirantes que llevaba un short blanco y un suéter tejido de un estambre bastante fresco como combinación extra.
—Esta bien— me levante de la cama para tomar el gancho y cambiarme en el baño.
Unos minutos después de que ya estaba lista, Harper toco la puerta para indicar que iba a entrar y accedí con un "si" para que supiera que no había problema.
—¿Qué tal? ¿Te sientes cómoda?— pregunto de inmediato cuando me encontró lavándome la cara en el lavabo.
—Si, muchas gracias, pero pude haberlo hecho sola.
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Sonidos del mar (1 libro)
RomanceCada 100 años las "Kelers" amenazan por salir de la superficie. Si los chicos se deja arrastrar por sus hermosos encantos, ellas absorben su energía para alimentarse y después desecharlos como basura. Emma se ha convertido en una ondina, pero su e...