CAPÍTULO 21

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El aire cálido de la playa me golpeó la cara mientras veía como Álex avanzaba preocupado entre la arena hacia mi encuentro. Seguramente me veía con ojeras de mapache gracias a la horrible escena del baño, pero es que ¿Cómo se supone que debía reaccionar?. Afortunadamente había tirado la hoja a la basura para no saber más de ella.

-Emma, ¿Estás bien?

-Si... estoy bien- menti. Tenía miedo de lo que podía pasar si le contaba-. Solo estoy cansada, deberíamos regresar.

-Estas segura ¿Paso algo?

-No, no, no es nada- intenté calmarlo-. Te digo la verdad, la clase de física me agoto demasiado. Además, Harper y Kim me esperan en casa.

Trague saliva nerviosa al ver que Álex estaba mirándome fijamente para ver si estaba intentando mentirle, sentía que muy en su interior no me creía porque realmente me veía muy extraña porque yo misma no me creía, pero por suerte se había conformado con eso.

-Esta bien, te llevaré a casa. Le enviaré mensaje a Jack de que nos fuimos.

Dió suspiros para calmar sus ideas, al parecer le preocupaba demasiado mi estado de ánimo. Dimos paso hacia el auto, dejando en la fiesta y a sus amigos. Ya dentro Álex encendió el motor y arranco, manejando con una velocidad media, considerando que podía tener náuseas si aceleraba. Luego de un tiempo de contemplar las luces de los demás autos de la carretera, escuché que mi celular estaba sonando y vi la llamada entrante de Peter.

-¿Es tú mamá?- pregunto Álex mientras manejaba y dude en decirle que no, porque sabía que Peter me llamaría de la investigación y entonces afirmé con la cabeza. Tenía que inventarme una mentira, aunque no estuviera de ánimo.

-Sí, es ella.

-¿Por qué no le contestas? Puede ser algo importante.

Dude ante sus palabras. No quería que Álex supiera en lo que estaba metida, sentía que podía cambiar de actitud conmigo de la noche a la mañana. No le agradaría escuchar que estaba detrás de comportamiento de Harper y del asesino de la bahía y mucho menos que a veces, tenía algún tipo de reacción en las manos que me hacían caer en un desmayo o en un ataque de nervios por sentirlas hervir de calor. Me haría ir al hospital para tratar el problema o inclusive comprar antidepresivos.

No quería que nadie me llamara, sin embargo, en algún punto podía tener razón, quizá surgió algo importante que contar. Entonces antes de que se cortará la llamada deslice el dedo para hablar.

-¿Hola?

-Emma, rescaté la cámara- hablo casi sin aire y abrí los ojos de susto, la apatía se había convertido en mi en un vacío en el estómago.

-¿La cámara dices? - casi grito de solo pensar que las hermanas pudieron atraparlo y disimule aquello, no tenía que exaltarme así porque Álex estaba a lado, y sentía que en algún punto me quitaria el teléfono por su cara de confusión- Ah... perdón, ya comprendo.- me corregí- Era la cámara de 4k que querías, te dije que estaba en descuento

-¿Descuento?

-Sí- tape la mentira- Álex me llevará a casa no te preocupes.

-¿Estas con Álex?

-Exacto y ¿Cómo la encontraste?

-Intenta que no sospeche de lo que estamos hablando.

-No, no, quédate tranquila mamá.

-Me cole en la habitación de juegos de Morgan. Salieron a comprar latas de cerveza para llenar su refrigerador. Suerte no se dieron cuenta, estaba vacía la casa.

Sonidos del mar (1 libro)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora