Boquiabierta, mire a esas chicas tan hermosas. Casi se me caía la baba de tanto contemplarlas.
Recordé las palabras de la señora rosita, ella siempre asistía a la misa del sacerdote y muy amenudo me reprendía para que hiciera cosas buenas. Decían que dios nos había creado a su propia imagen, quién formó el cuerpo humano con el polvo, y luego sopló en él un espíritu, un propósito especial por el que cada uno ha sido creado. Realmente sentía que era ese asunto era real, hasta que esas chicas llegaron. Más que una verdadera obra de arte hecha por el mismísimo dios me sentía como una bola deforme de masa, ellas eran las únicas esculturas hechas con paciencia.
—¡Mira! la cafetería esta despejada, ¡voy a comprar un batido!— Lily dio unos brinquitos en su lugar y después corrió hacia la cafetería. Era imposible detenerla cuando la azúcar se le metía en la cabeza.
Diría que todos los alumnos y alumnas de la escuela se habían ido a seguir a las "supermodelos" para pedirles autógrafos como a las actrices de televisión, además de consejos de maquillaje y como combinar la ropa para vestirse. Eso mismo podían teclearlo en la web, no entendía tal alboroto.
—¡Espera!—grite para que me escuchara, pero ella ya estaba pidiendo su batido.
A pesar de que Thea estaba justo delante mío, no quería que Lily se fuera y me dejara sola con Peter, su gran belleza hacia que los nervios salieran de mi piel como los tallos de una planta en pleno crecimiento.
—¡Oh! Thea, que bueno que te he encontrado, no te había visto por aquí—me atreví a decir para cerrar el silencio entre nosotros.
—Hola Emma— me sonrió amablemente sin mirar a Peter—. Lo siento de verdad, estaba ocupada haciendo cosas que los profesores me habían dejado. Pero por fin termine.
—Que bien que hayas terminado— le regrese la sonrisa.
Me di cuenta de que Peter miraba a Thea y para no tener que meterme en un asunto privado, gire la vista de nuevo hacia esas misteriosas mujeres que andaban navegando por todo nuestro alrededor con los chicos y chicas por detrás de ellas. Quise averiguar el asunto, pero me surgían más dudas—¿Sabes quienes son?— le solté incrédula a Thea.
—¿Quienes?—pregunto frunciendo el ceño.
—Ellas— las señale con la mirada—, las que andan caminando como modelos.
—¡Oh! ¿te refieres a las chicas nuevas que llegaron a estudiar?—preguntó e inmediatamente asentí— Según los documentos de su registro, se cambiaron de escuela porque sus padres consiguieron trabajo en una reserva de animales marinos que querían destruir, cerca de aquí.
—¿De verdad?—exprese confundida.
El destino se había portado mal conmigo. Además de ser bendecidas con un físico increíble tenían un corazón de pollo. Ojala no hubiera dejado que mi gato se hubiera comido a mi pez cuando estaba pequeña. Pero no podía culparlo, tal vez él estaba hambriento y justamente hizo lo que uno hace cuando no tiene comida en la barriga.
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Sonidos del mar (1 libro)
RomanceCada 100 años las "Kelers" amenazan por salir de la superficie. Si los chicos se deja arrastrar por sus hermosos encantos, ellas absorben su energía para alimentarse y después desecharlos como basura. Emma se ha convertido en una ondina, pero su e...