CAPITULO 10

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Las nubes grises y el viento frío del horizonte se mezclaban para hacer una escena terrorífica

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Las nubes grises y el viento frío del horizonte se mezclaban para hacer una escena terrorífica. El cuerpo del chico estaba lleno de espumajo oscuro, una sustancia muy rara que parecía la tinta negra de un pulpo combinada con la baba de un caracol. Algo verdaderamente asqueroso.

Me acerqué cautelosa, aún con los dedos sobre mi nariz. Mire aquel pobre chico que estaba tendido sobre la arena con la ropa rota, llena de sangre. Diría que podía haber algunos cuantos coágulos color vino en su cabello. Toqué una parte de la sustancia oscura. Mis dedos se llenaron y por un momento lo sentí pegajosos, pero por suerte traía guantes, podía quitármelos y desecharlos al bote de la basura.

—No te acerques tanto, Emma— enuncio Álex, viendo mi acción tan rápida de tocarlo.

—Claro, tendré cuidado.

Recolecté con mi dedo un poco de la sustancia viscosa que caía sobre su barbilla. Intenté no acercarme tanto como Álex decía, pero era imposible. El musgo verde de la orilla, era resbaladizo y me acercaba más hacia el cuerpo. Varias moscas salieron volando cuando toque su piel. Era muy desagradable, pero esto tenía que ser investigado, era necesario encontrar las pruebas suficientes para llevarlas ante la policía y ver qué ocurría con esto. Los chicos seguían desapareciendo y misteriosamente seguía incrementando.

Nadie tenía idea de quién se trataba, aunque decían que era como un fantasma. Sólo aparecía por la noche y dejaba marcas extrañas, como si una fila de alfileres rasgara la piel de un mismo tajo.

—Con esto será suficiente— murmure para mi misma y enseguida tape el frasquito de cristal para meterlo en la bolsa que llevaba puesta.

—¿Estás segura de esto?— La voz de Lily estaba completamente llena de miedo. Se asustaba con facilidad, y con la sorpresa que se había llevado, tenía razón. Ver a una persona masacrada cuando estaba buscando conchas en la arena, debía quitarle el sueño. Este lugar estaba lleno de oscuridad y de piedras, no había nada colorido cómo en la Bahía de coral.

—Hay que llegar al fondo de esto y quizá ir a la comisaría a enseñar nuestras pruebas—me levante de la arena con la ayuda de Álex y mantuve distancia con el cuerpo—Thea ¿Crees que puedas tomarle unas fotos?

—¿Pero qué dices?— Dejo de cruzarse de brazos para renegar y quejarse de mi pregunta. Abrió los ojos tan grandes como pudo y frunció el ceño por el olor que emanaba el cuerpo.

—Si, lo siento, suena un poco raro, pero podría ayudar en la investigación.

—Estas completamente loca ¿Qué pasaría si las encuentran en mi móvil? van a pensar que fui yo quién lo asesinó o tal vez que planee esto con ustedes...

—Por eso no vamos a tocar nada, no debe haber ni una sola huella de nuestros dedos en sus pertenencias. Si las autoridades no hacen nada por no creer en nuestras palabras, podemos mostrar las imágenes—. Esto era algo de suma importancia que se debía atender cuanto antes para que el asesino recibiera su merecido—. Mira, los asesinatos están siendo cada vez más comunes, esta zona aunque esta protegida ya esta a salvo. Tal vez... los próximos podemos ser nosotros.

Sonidos del mar (1 libro)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora