2. [Miradas que hablan]

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Sur/Suroeste de bagram

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Sur/Suroeste de bagram

Base intermedia rebelde.

24 horas para la caída

Elly.

Después de un pequeño momento de silencio volvemos la vista al tiempo a nuestro anfitrión. Levanta el mentón. Sus hombres permanecen tranquilos a pesar de que el ambiente es demasiado pesado

—Es todo un señor de la guerra —me informa Keira en un susurro indiscreto—. Dime que has traído el alcohol. —Agrega algo suplicante.

Asiento sin apartar la mirada de «Nuestro señor de la guerra»

Naren Katis:

Entrado en años la piel tan bronceada por el sol cómo es posible, barba abundante y las arrugas que me aclaran que tiene más de 50, se niega a apartar la mirada de mi como yo de él, ¿Qué demonios ve en mi?. Las ropas entre desgastadas y rotas forman las capas que cubren su cuerpo de la arena y el sol.

De los tres gobernantes de la zona es el único que mancha sus manos con sangre de justicia y podría sonar a excusa pero no es lo mismo acabar con un asesino que con un inocente no es lo mismo destruir familias enteras y mutilarlas por no creer en su dios que acabar con ellos, esto no será más que justicia.

«Somos justicia.» «Somos ángeles de la guerra» Me recuerda la voz de mi padre continuamente.

Nos indican el camino. Todos permanecen demasiado tensos, y aun cuando les hemos dicho que es zona segura la mayoría de soldados deja su índice el el pasador del gatillo.

Entramos a la algo destrozada casa, no ofrecen la pequeña mesa de suelo que, aun en medio de polvo y las armas está llena de comida, Keira se sienta junto Narem.

Tomo una manzana y después de pulir un poco contra mi uniforme me la llevo a la boca mientras me aparto, marco los puntos de salida en mi cabeza, las destruidas ventanas y la única puerta por la que entramos.

Mi atención se pierde en los que parecieran jeroglíficos antiguos marcados en la estructura, mis dedos terminan sobre las paredes, los dibujos arcaicos de los distintos idiomas yacen en ellos.

—Todos los que han muerto en estas tierras han escrito sus nombre en esas paredes —Afirma Narem con voz ronca.

¿Intenta asustarme acaso? Le sonrió a labios cerrados mientras asiento dándole a entender que he recibido su advertencia. No me asusta ya hace mucho tiempo deje de creer en dioses o fuerzas superiores. Son solo supersticiones como los Hades o cielo.

—Recuérdame no hacerlo ¿Ok? —Red codea con algo de fuerza. Le abraza sobre los hombros después

—Solo no lo hagas idiota —Red la replica obvia. La devuelve a su lugar dándole un golpe amistoso sobre el hombre. Ríen por la bajó entre ellas aun cuando el resto del comando parece demasiado tenso.

Cronos © (Dioses caídos)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora