Navidad en agosto.
Bajo las escaleras tomando la ventaja, y más que eso huyendo de sus preguntas, pero él no se rendirá si le doy presa a la cual aferrarse, es terco, estridente e inmensamente insistente, lo que por alguna extraña razón me hace pensar en mi padre, en su forma de referirse a él y el asco que cargaba cuando se refería a los suyos, "Alemán" como su procedencia le diera un plus esa tozuda y cerrada cabeza que se manda, siento que ahora que lo ha pensado o quiere una respuesta será imposible para mi sacarle el cuerpo o no contestar así que decido llevar su atención a otra parte.
—Eres tú el que huele a pólvora, Deck —Señaló su cuerpo al entrar en la cocina sentándome en el butacón que se ha vuelto mi lugar fijo. —Llevas el uniforme aun, sucio además —Aclaró señalando su cuerpo— Es normal que te huela a pólvora después de disparar deberías tomar una ducha.
Por las manchas en sus dedos estoy segura que hoy ha tenido que disparar su arma y estando segura de que no se si quiero preguntar decido ignorar esa pregunta también.
Entrecierra los ojos volviendo la tormenta de su mirada un liniesilla agradable de mirar, es como admirar el mar a través de una rendija minúscula de preciosas pestañas curvadas y diminutas arrugas que le dan sabiduría a su mirar. Me reconforta y ciertamente me tranquiliza con solo eso, aunque la leve punzada de culpa intenta interrumpir mi buen humor diciéndome que le estoy mintiendo, pienso que no tiene caso preocuparlo con algo tan banal, no salí de la ciudad, estuve en un lugar seguro y ciertamente vigilada, por decirlo de alguna manera, no sé cómo se tomara eso de que haya ido a la base sin decirle, más porque sabe que me preocupa cuando él va solo, pero me preocupa por lo que pueda hacerle Kreing él, a mí ya no puede herirme.
He estado allí todo el día
Y perdida en los delirios de mi mente lo entiendo. Yo estuve todo el día allí, a su alcance, pude encontrarme con él, verle y más que eso. ¿Cómo no lo pensé antes? y ¿Por qué demonios es lo pienso hasta ahora? El escalofrío me retumba la columna como un raspa viento y no puedo evitar sentirme incómoda, no es la sensación de inseguridad de antes o la necesidad de estar alertar que tenía el tiempo que pase en la cárcel, no, esto se asemeja más a mi tiempo en afga, es latente, punzante y constante, como si simplemente fuera algo que sucederá, él es algo se sucederá, en algún momento, más no ahora.
Dereck entra a la cocina, siento sus pasos aun cuando mi mirada permanece en mis manos, pienso en él, no como el coronel que conocí hace tanto tiempo, mi mente aún se niega a redirigir mi ira incontenible hacia el supuesto futuro general, solo puedo sentir un enorme desprecio y una inmensurable repulsión que se acompañan a unas firmes ganas de mantenerme lejos de él, y parecen ser casi lo más contundente que poseo ahora, fuera de mis sentimientos inexpresables por Dereck.
Sigues huyendo, pienso. Quisiera decirle a mi conciencia de que no es así, que pare de huir cuando Dereck me atrapo en Afga pero sería mentirme a misma, no me atrapo precisamente, caí muerta entre sus manos, que es una cosa muy diferente. Ese último pensamiento me nubla en manto pomposo de culpa.
ESTÁS LEYENDO
Cronos © (Dioses caídos)
ActionSegundo libro trilogía: Dioses Terrenales. "Y en la noche en la que cayeron los dioses un gran estruendo se escucho en los cielos, como si el Olimpo se revolcara en furia o mar Egeo sus aguas secara de desesperación, porque el día en que los dioses...