Segundo libro trilogía: Dioses Terrenales.
"Y en la noche en la que cayeron los dioses un gran estruendo se escucho en los cielos, como si el Olimpo se revolcara en furia o mar Egeo sus aguas secara de desesperación, porque el día en que los dioses...
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Dereck
Miró a Aarón revisarla aun estando dormida, toma sus signos vitales y después de hacer un par de apuntes en su libreta vuelve a cubrirla con las mantas, la habitación permanece a media luz con las cortinas cerradas. Se ha quejado de que el sol le da migraña.
Llame a Aaron cuando al despertar en la mañana se negó a comer o siquiera levantarse de la cama, tenía algo de temperatura e insistió que solo era cansancio. Como si fuera tan sencillo.
Eso hace dos días.
—Te lo repito, solo descansa —Me hace señas para que lo siga cuando pretende bajar al primer piso y me cruzo de brazos en las escaleras— Debes dejarla descansar.
—Es lo que hago —Mas que descanse no implica que la tenga que dejar sola, no es únicamente porque me guste verla dormir, no, tengo la leve impresión de que duerme mejor si estoy con ella, llámenme loco pero poco se despierta si duerme en mi pecho a diferencia de las veces que ha pasado mientras la miro a la distancia. Y lo único que me interesa ahora es que esté bien.
Suspira rendido y termina subiendo los escaños hasta la mitad para intentar calmarme y persuadirme de seguirlo.
—Tu dormirías incluso un mes si tomaras lo que ella está tomando justo ahora. Su cuerpo tardará un poco en acostumbrarse a la medicación, le he puesto líquidos para que no se deshidrate, empezará a comer pronto. Lo que necesita ahora es dormir.
No entiendo como puede estar tan tranquilo.
Vuelvo a suspirar y en serio me pregunto si lo mejor no sería llevarla a un hospital.
—Lo estas haciendo bien Dereck, la estas cuidando con todo lo que puedes.
—¿Y si algo resulta mal? Si la lastime yo...
Cuando despertó desgarrada de dolor y sujetándose el abdomen no pude evitar relacionarlo —Ella seguía diciendo mi nombre y aun sigo recordando su mirada el dolor en ella, el miedo que nunca había visto en ella —primero pensé que era por la bebida que se había mareado en el bar, después asimile que fue justo cuando la puse sobre mi hombro que dejo de prestar resistencia, no quería lastimarla, todo lo contrario quería evitar que se lastimara así misma si se enfrentaba al idiota ese.
Yo la lastime. Ella dijo que era malo mezclarlo con alcohol y aun así la deje tomarlas.
El suspiro culposo me abandona.
—El dolor es crónico Dereck —Me recuerda—, lo ha sentido desde que despertó, lo siente al respirar, es la razón por la que le cuesta dormir y muy seguramente le impida comer o la obligue a vomitar tanto. —Lo que me dice me sorprende bastante y aunque se que su intención es tranquilizarme no ayuda para nada, la he vigilado todo el tiempo y aunque he visto los destellos de dolor y su desdén contra la comida, ¿Vomitar? no es algo fácil de ocultar ¿O si? —Que no se queje no significa que no tenga dolor, solo nos dice que es buena disimulando, quizás demasiado, eso y que sigue tan testaruda como siempre.
