Un mar.
—Pensé... que tu... —Respira agitado— Tu...Yo...Joo- —. Dice apresuradamente y sumamente exaltado, toquetea mi rostro como si buscara confirmar que soy real — ¡Joder debes dejar de hacer esto!—. Me regaña levantando la voz —Alguien reportó una... Joder una.. u-na —Jadea algo descompuesto. Deja un espacio y suspira frustrado cuando tartamudea— Mataré al próximo que me diga que está muerta. ¡Joder!
Y por un segundo encuentro su expresión incluso fascinante.
Muy difícil de describir: Alivio, frustración y miedo se armonizan a la alegría, lo que parece consuelo, anhelo y algo que en definitiva no se describir. Generan un cauce fluido de emociones en su rostro. Le tiemblan un poco las pupilas, relame los labios y tensiona el seño. Una expresión digna de fotografía y exposición. Es sumamente fascinante.
Su aliento algo mentolado llega a mis fosas nasales por su cercanía. Rezagos de tabaco y algo que no logro reconocer se tiñen como colores leves en mis pensamientos. Cierro los ojos un segundo.
Es un aroma familiar, muy, muy familiar y aun así no logro reconocerlo. —Suspira— La sensación de buscar entre mis recuerdos es medianamente abrumadora, como cuando asumes que has pedido algo, las llaves, el móvil... Tus sueños. Las ganas de vivir y, aun asi sigues buscando, revuelves el bolso que representa tu vida, escudriñas entre los recuerdos con la esperanza de que esa certeza que tiene de la pérdida no sea contundente —Irónico y ridículo — no sea lo único que te acompañe.
Y despiertas.
Apartó sus manos de mi rostro cuando se torna doloroso —Me recuerda que esto no es un sueño— el que apoye sus labios en mi mejilla.
—¿Tu? —Repito atontada saliendo de la ensoñación de su cercanía. —¿Qué haces...?— No logró articular nada más. Su nombre brota de mis labios cuando asiente con la cabeza— Dereck...
Pierdo su aroma con el fuego y la pólvora residual de las balas.
—Se que no quieres verme —Afirma— , pero yo no estoy dispuesto a permitir esto. —Dice firme. Ancla su mano en mi cintura y me ayuda a mantenerme de pie cuando me ceden las piernas. ¿Ahora me tiemblan las rodillas? —Te sacaré de aquí.
Levanta casi mi cuerpo entero del suelo cuando me arrastra.
—No, espera. —Intentó detenerlo. Da un par de pasos mas.
—¡No Elly! —Me contraria firme. "Mi Elly" voz se repite en mi cabeza en un eco trastornado— , te sacaré de aquí, ¡te guste o no! —Enfurece— ¡Estás aquí por mi culpa y seré yo quien te saque!.
Espera... ¿Qué? Ahora que es lo que el idiota sabe. ¿Qué demonios sabe? O cree saber.
—¿Cómo? —Cuestiono con duda. Se que Ellys no lo diría. Quiero saber como se enteró y que es lo que sabe. —Luces se encienden.
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Cronos © (Dioses caídos)
AcciónSegundo libro trilogía: Dioses Terrenales. "Y en la noche en la que cayeron los dioses un gran estruendo se escucho en los cielos, como si el Olimpo se revolcara en furia o mar Egeo sus aguas secara de desesperación, porque el día en que los dioses...