Segundo libro trilogía: Dioses Terrenales.
"Y en la noche en la que cayeron los dioses un gran estruendo se escucho en los cielos, como si el Olimpo se revolcara en furia o mar Egeo sus aguas secara de desesperación, porque el día en que los dioses...
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0300 horas Noreste De Bagram 40 horas de la caída
Base militar Spartan Cost.
Un mal presentimiento toca a la puerta.
Elly
Arrastró las botas en la arena para escuchar ese carraspeo leve que produce la fricción. Aun estando en la zona baja de forma perimetral el frío es abrazador en esta época del año tras caer el sol las temperaturas se desploman casi a nivel Antártida.
La particularidad del tártaro, el doble infierno le llaman los soldados, al estar más cerca de Rusia que el resto de zonas el frío se conmuta aquí en una nubes según las altitudes teniendo mala suerte llega a nevar aun cuando la nieve desaparece al tocar el árido y caliente suelo de Baggram, llega a nevar.
En la tierra de nadie el sol escuece 19 horas de las 24 horas y las cinco que se sumen en oscuridad son absortas por un hermoso infierno helado.
El tártaro después del Hades y unos cientos de kilómetros al sur de Asbag y unos cuantos menos de Kabul es llamado el primer infierno. La cárcel de los titanes.
Yo le llamo hogar ya hace un tiempo.
No existe tregua en esta tierra, y aun dentro de la base militar los soldados deben permanecer alerta, Los ataques de francotiradores insurgentes son frecuentes.
Reviso el reloj cuando marca la hora acordada. Señaló las franjas en hombrera sin hablar para que el hombre frente al improvisado bar de mala muerte se aparte.
La luz es baja como cada vez que viene, descansa los codos sobre la barra en tierra casi destrozada, su copa humea un poco cuando se la lleva a los labios.
Fue la única en encontrarme y no porque sea mala escondiéndome, ella conocía al hombre que me sacó de américa y al parecer le teme más a ella que a mi. Seguía en Praga recuperándome de mis heridas cuando apareció y aunque estuve a punto de volarle los sesos del susto que me dio logró evadir mi disparo.
Es gracias a ella que he logrado evadirlos y vigilarlos este tiempo.
Se gira a mi en medio de una sonrisa cuando bajó la braga y apartó la capota de la cazadora negra.
—Hacen bien en llamarte ángel de la muerte— Habla Ellys después de dar un trago a su licor.
Sonrió al sentarme a su lado.
La chaqueta de de cuero marrón se acompaña del hiyab en negro oculta completamente su cabello y se ve como una renegada. Sería mi madre el tipo de personas que evitas mientras caminas, yo me cambiaría de acera si me la encontrara en medio de una calle solitaria. Sonríe las pequeñas arrugas se marcan alrededor de sus ojos.
—Agua —Le pido a la mujer frente a nosotras que se lleve la copa Ellys la toma en su lugar. Me mira algo incrédula. —Salimos en un par de horas —Aclaró —. Además el vodka caliente no es para mi.
