Ideales
El agua cae de nuestros cuerpos casi con urgencia, dejamos un camino encharcado de nuestros pasos quedándose atrás mientras entramos al apartamento, por el pasillo e inundando el ascensor como un recordatorio de que estuvimos allí; besándonos, riendo, y besándonos nuevamente entremedias de ellas, las risas aún no se detiene por completo, terminamos haciendo un balance sobre cómo fueron las cosas, dejando la preocupación de un lado por primera vez.
—La cara de tu gemela rara —Dice sin contexto aun entre risas —Debiste verla, las paredes tenían más color que ella cuando hablaste tras ella. Es bueno saber que pueden sentir miedo.
—¿Gemela? —Cuestionó después de que me robara un beso para hacerse camino a encender las luces del apartamento.
Se saca la camisa y el pantalón dejándolos tirados ahí mismo: en la entrada del apartamento.
Fuera zapatos y calcetines.
—Si joder...Si— Divaga un poco como ordenando sus pensamientos— Tyra — Dice por fin después de unos segundo que parecieron eternos para el, como encontrando su nombre una la chistera de un mago lo repite —Tyra. Blue le dices tu— su mirada grita un: "Casi que no" con algo de alegría— Es la gemela malvada de tu gemela malvada, la número dos. —Dice asomando desde la cocina.
Que demonios le pasa a éste ahora. No puedo aguantar nuevamente la risa mientras intento sacarme el empapado anorak. Fracasando como todo un soldado: Con honorarios y un pase de estrellas aladas.
No oculto para nada que no entiendo que que dice, pero antes de preguntar debo decirle otra cosa:
—¿Me ayudas? —El anorak ha conseguido enredarse en la camisa bajo el enganchando los botones en la cremallera haciendo de eso una masa amorfa sin solución a la altura de mi pecho, las mangas a medio salir de mi brazos sumados al enorme peso que ha adquirido la ropa por la cantidad exorbitante de agua que se estanca en ella ahora no me ayudan para nada.
Casi corre a mi, con una expresión curiosa. Entre preocupación y apuro alegre.
—Con cuidado —Repite en varias ocasiones mientras desarma mi vestimenta con la delicadeza con la que se trataría una bomba de relojería —Eres material delicado. — Dice burlón cuando logra deshacerse del anorak.
Delicada no como una rosa, o una mariposa.
—Algo así como un cartucho de dinamita —Agrega con una sonrisa cuando encuentro sus ojos. Rio por su causa.
Me sorprende que sea tan sincero, y ciertamente no dice nada que no estuviera pensado o a punto de pensar, pero no me enoja, es mas, me alegra, es sincero. El azul de sus ojos retumba en mi como la marea al alba arrastrando contra las costas un océano calmo y pasifico, acompasado y firme, recurrente pero sobre todo transparente.
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Cronos © (Dioses caídos)
ActionSegundo libro trilogía: Dioses Terrenales. "Y en la noche en la que cayeron los dioses un gran estruendo se escucho en los cielos, como si el Olimpo se revolcara en furia o mar Egeo sus aguas secara de desesperación, porque el día en que los dioses...