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Hoseok suspiró jalando el cabello del contrarío mientras gemía suavemente, su espalda estaba pegada a la pared de la habitación mientras se movia debido a las embestidas, sentía aquellos labios contra su garganta dejando besos en ella junto a mordidas.

—Mierda, eres tan flexible y apretado.—la voz ronca en su oído le puso la piel de gallina, enredado sus dedos con mayor fuerza en el cabello del mayor al sentir como colocaban su pierna en el hombro del contrario estirandola de forma fácil mientras su otra pierna estaba apoyada en el suelo.— Vamos, gime mi nombre.

—Jeon...mgh, Jeonwha.—gimio tembloroso mientras su pierna temblaba, su piena hormigueaba mientras su punto fue tocado momentáneamente, gruño al sentir como su cintura fue tomada con fuerza y golpeo su cabeza contra la pared en una de las bestidas, quejándose, solo mordió su labio dejando que el cliente terminara finalmente, lo supo por que este siempre mordía su hombro con fuerza al correrse.

—Tan bueno como siempre, Hoppy. —Hoseok sonrió débilmente algo cansado ya que era su quinto cliente de la noche y estaba adolorido, además que solo pudo correrse con su segundo cliente, su miembro dolía y su entrada molestaba al igual que sus caderas, cerró sus ojos ante la carcia en su rostro y como lo ayudaba a acomodarse, lo cargó hasta la cama del hotel dejándolo allí.

—Solo lo mejor para usted, Jeonwha. Por eso es que siempre me solicita ¿Cierto?—el hombre mayor soltó una risa al verlo abierto de piernas sin descaro alguno y observando al escort acariciando su propio miembro, tomó un cigarrillo encendiendolo mientras le daba una calada, se sentó enfrente del joven mientras lo observaba sin perder el rastro alguno de sus movimientos.

—Si, eso es cierto. Eres el único puto que logra soportar las posiciones que me gustan, muy abierto y con esa actitud coqueta. Por eso siempre terminas con un jugoso pago, pero me sorprendió saber que cambiarías de agencia.

Hoseok se congeló al escucharlo pero rió restandole importancia, se sentó en la cama buscando su bata de seda de color ciruela mientras tapaba su esbelto y tostado cuerpo, apretaba su mandíbula dándole la espalda a aquel hombre. ¿Cómo sabía eso siquiera? No le había comentado a nadie de aquello.

—¿Qué cosas dice? —se coloca de pie con las piernas temblorosas pero no dejando ver aquello y camina hasta el hombre para sentarse en su regazo arrebatandole el cigarrillo, dándole una calada pero se tensó cuando las manos del contrario apretaron con fuerza su cintura, lastimandolo, se quejó mientras intentó levantarse pero no pudo hacerlo, su estómago se removió nervioso mientras intentaba controlar los espamos de su cuerpo para no verse débil ante su cliente.

— ¿Crees que soy idiota? Se que piensas irte, solecito. ¿Luego a quien buscaré? Esa agencia queda a las afuera de la ciudad, en una zona peligrosa ¿Qué buscas al ir a aquel sitio? Creí que querías ser el mejor, no uno más del montón. —la voz ronca del hombre le puso la piel de gallina a Hoseok, quien tenia miedo de empezar a temblar por las palabras que murmuraba en su oido entre dientes.

— Jeonwha, por favor sueltame. —doce firme y el hombre afloja sua agarre espectante de las palabras que el prostituto hablara.— Cambiaré de agencia solamente, no me iré a otra provincia. Puedes contratar mis servicios con Hana, saldré mucho más costoso, ¿Has escuchado de Caro? Esa esa agencia es su cuna, allí nació él y logro desplegarse a los grandes peces.

Jeonwha frunció su ceño para nada satisfecho con aquella respuesta y ladeo su rostro inconforme, miró firmemente al escort. Su ambición le parecía excitante, sabia que su suave piel se debía a su juventud y era muy inexperto en varias cosas pero era terco como una mula, si el chico quería algo, lo tenía.

Hoseok notaba los ojos fijos del mayor y no apartó la mirada en ningún segundo, sin querer dejar una brecha de debilidad y flaquear en algún punto. Se puso de pie acomodando su bata de color ciruela mientras meneaba sus caderas intentando distraer a este.

—¿Creés que pagaré más por tus servicios? ¿Qué tu culo vale unos cuántos miles más de los que ya gasta la gente? No te creas tanto, al final del día solo eres un culo más, Hoppy. No te comparas a lo completo que es Caro, ni siquiera yo puedo costear varios días con ese hombre, tiene algo que tu no posees, él no solo abre las piernas y se deja follar.—el contrario empezó a vestirse mientras le daba una calada a su cigarrillo bajo la furiosa mirada de Hoseok, quien aoretaba sus puños, sintiendo sus ojos cristalizandose.

—¿Así? ¿Qué tiene tan especial ese maldito que todos los buscan y pagan miles y miles? ¿No es solo otro culo más?— Jung caminó hacia su cliente irritado, su piel pegajosa y su entrada goteante de semen era un recordatorio de que había terminado como siempre le habían dicho, un recipiente desechable que podrían usar a su antojo sin esperar nada a cambio.

—Solo con esa puta pregunta se nota lo novato e infantil que eres, niño. Caro es un arte, es su porte, sus conversaciones a la altura de su estatus, sus técnicas de seducción, como cada palabra esta calculada para generar algo en sus clientes, el como cada mirada puede desnudar a alguien si así lo quiere. Él nació con ese encanto, no es algo que puedas imitar, Hoppy.—dice divertido al ver al afectado joven y busca varios billetes para lanzarlos al rostro de este, quien estaba furioso e irritable, apretaba su mandibula mientras aguantaba las ganas de escupirle en la cara a aquel hombre.— Quédate en esta agencia, después de todo, es todo lo que merece alguien como tu, cariño.

Él mayor se fue de la habitación terminando de acomodar su traje y sonríe apagando el cigarrillo en el pasillo, dentro de aquella habitación, el escort lloraba y gritaba frustrado, se sentía tan malditamente cabreado. Su garganta ardía y las lágrimas de ira no dejaban de salir de sus ojos. Golpeo varias veces la pared mientras sollozaba. Caro esto, Caro aquello, Caro no era nadie.

No era malditamente nadie para él, solo un puto insecto en su camino al estrellato, un insecto del cual debia deshacerse.

—Voy a destruirte, hijo de perra.— solloza débil sintiendo finalmente sus piernas flaquear y los espamos por el llanto, se encontraba desnudo en el suelo de aquel cuarto de hotel, cubrió su rostro mientras desahogaba todo aquello que guardaba,era un recipiente que los demás solo usaban a su antojo, era nada, era...— No, Hoseok. Eres tu destino, eres tu pasado presente y futuro, eres tu.

Murmuraba como un mantra mientras regulaba su respiración, sus ojos se encontraban hinchados y sus mejillas rojas mientras se abrazaba en posición fetal. Era su vida y él era quien tenía el control.

Caro [KookTae] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora